Al cumplir el 491 aniversario de su fundación este 16 de abril, Puebla enfrenta retos como la gestión para mejorar la calidad de agua y combatir la contaminación; establecer una movilidad ágil para sus ciudadanos y visitantes; repoblar su Centro Histórico; la conservación de sus monumentos históricos; y el reordenamiento urbano, principalmente, en la periferia y zona conurbada con otros municipios.
En lo puntos anteriores coincidieron, por separado, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, directora del Instituto en Investigaciones del Medio Ambiente; Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Universidad Iberoamericana Puebla; Francisco Vélez Pliego, investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” (ICSyH) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP); y Anuar Musalem Valencia, subdirector de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) Capítulo Puebla.
Para los tres especialistas, la prevención no fue un asunto prioritario en los anteriores gobiernos ni en las sociedades, lo que generó a largo plazo altos costos económicos y sociales por daños ambientales.
Por un lado, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, investigadora del IIMA de la Ibero Puebla, resaltó que se presenta una crisis ambiental en la zona metropolitana de Puebla a partir de una combinación de factores como la falta de acciones por parte de las autoridades, la contaminación de las industrias, la falta de tratamiento del agua y hasta la actitud de los pobladores que requieren cuidar el vital líquido y el medio ambiente.
Ibarrarán señaló que uno de los mayores problemas de la contaminación a casi cinco siglos de la fundación de Puebla radica en que más de 17 municipios aledaños a la zona del río Atoyac y del lago de Valsequillo, conviven con el agua y la ocupan el agua para el riego.
En las investigaciones realizadas por la Ibero Puebla se detectaron, en diferentes proporciones, bacterias que afectan al sistema nervioso central y al respiratorio de los seres humanos, expresó Ibarrarán Viniegra.
“En las aguas de la cuenca no solo se tienen detectadas bacterias patógenas, sino también se han detectado 50 contaminantes entre los que figuran compuestos y elementos cancerígenos para el humano”, alertó la investigadora.
Por su parte, Francisco Vélez Pliego, investigador del ICSyH de la BUAP, explicó que los temas centrales en la zona metropolitana de Puebla son la gobernabilidad y desarrollo sustentable, la seguridad alimentaria, así como los retos para generar un nuevo sistema de planeación, que permita el crecimiento y desarrollo, pero que contemple la problemática socioterritorial asociada a la ambiental o ecológica.
De acuerdo con análisis de Vélez Pliego, en la zona metropolitana de Puebla-Tlaxcala se tienen registradas más de 110 mil viviendas desocupadas y podrían albergar a más de 450 mil personas que, actualmente, buscan hogares en la periferia.
Para el investigador, en Puebla, como en la mayor parte de las zonas metropolitanas del país, la población padece la que falta vivienda; sin embargo, al mismo tiempo, aumenta la cantidad de casas desocupadas o abandonadas.
Anuar Musalem Valencia, subdirector de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) Capítulo Puebla, resaltó la importancia de que en el marco del 491 aniversario de la Angelópolis, se coloque como el eje principal de la movilidad a las personas con criterios para el cuidado del medio ambiente y queden atrás esquemas obsoletos como el hombre-camión en el transporte público. Señaló que, en la actualidad, la mayor parte de las unidades del sistema urbano, salvo la Red Urbana de Transporte Público (RUTA), se trabaja con el esquema hombre-camión, es decir, una persona opera y obtiene un beneficio a partir de manejar una unidad.
CHM