El río San Francisco en la zona de la fundación de Puebla quedó entubado y debajo del actual bulevar Héroes del 5 de Mayo; mientras que los afluentes Alseseca y Atoyac que rodean a la zona de monumentos están rebasados por la contaminación.
A casi cinco siglos de la fundación de la Angelópolis, Estefanía Martínez Tavera, investigadora del Decanato de Ciencias Biológicas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), comentó que los acuíferos de la zona metropolitana resultan particularmente impactados por la actividad agrícola e industrial, tanto a nivel micro como macro.
“Lo que vemos en el río es producto de lo que no estamos haciendo bien, es producto de que todo lo que no hacemos en la cuenca y ha impactado. Deberíamos ser focos de luz en lo que deberíamos estar haciendo y nos falta mucho”, apuntó.
Señaló que, actualmente, se pueden contabilizar toneladas de contaminantes y metales que diariamente se encuentran en la cuenca del Alto Atoyac, problema al que se suma un exceso de sales producto de la actividad volcánica del Popocatépetl.
Durante el foro sobre el deterioro de la Cuenca del Atoyac, organizado por la Universidad Iberoamericana Puebla, la investigadora de la Upaep destacó que, a partir de la forma en que está estructurado el sistema de salud, no se puede saber con exactitud las enfermedades que padecen las personas que viven a los alrededores de los afluentes contaminados.
Uno de los problemas actuales que permiten la contaminación del afluente es que se presenta una disparidad en las normativas en cuanto al número de miligramos de minerales por litro que el agua potable puede tener, destacó la investigadora.
“Una norma nos marca hasta mil miligramos por litro de sólidos, pero la Declaratoria para la limpieza del río pide 500 miligramos por litro. ¿Qué se le pedirá a la industria? Digamos que el nivel está en 500 miligramos por litro, entonces, cómo se le va a pedir que se tenga agua que en su mayoría no cumple con estas condiciones. Esto trae un costo para todos”, apuntó.
“Hay un gran boquete en términos de información real, fidedigna para cada sitio. Por como están estructurados nuestros sistemas de salud y como se construyen las bases de datos, los que están enfermos en San Martín Texmelucan o en Huejotzingo se atienden en Puebla o en México y eso es jugar al gato y al ratón y hacer construcciones sobre lo que está sucediendo en términos de salud”, apuntó.
Como parte de su estudio “Microplásticos en cuencas hidrográficas: Presencia, origen, procesos de degradación y acumulación. Caso de estudio: Cuenca Alto Atoyac”, la especialista destacó que en los afluentes de Puebla se puede detectar la presencia de partículas micro-cargadas de toxinas que están entrando en la cadena alimentaria y presentan graves riesgos para la biota, incluida la salud humana.
Destacó que se identificó a la industria textil, así como a las zonas habitacionales con descargas de agua residual entre los principales generadores de microplásticos en la cuenca con valores de plomo y zinc por arriba de las normas y afectando el entorno.
CHM