El arribo de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos es preocupante para la población migrante, por lo que se espera un incremento importante en el paso de personas que buscan cruzar la frontera en los próximos meses antes de que asuma el presidente electo, señaló Alberto Xicoténcatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo.
"Desconocemos cuál es la política que el futuro presidente va a implementar en los Estados Unidos; sin embargo, tenemos pleno conocimiento de las prácticas anteriores de su presidencia y consideramos que no va a ser nada positivo para las personas migrantes; tememos que termine el programa CBP One, que permitía el asilo de las personas, y esto llevaría a que se puedan colapsar las fronteras entre México y Estados Unidos".
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Entre ellas están Piedras Negras y Ciudad Acuña, por lo que, dijo, se debe hacer un trabajo profundo, preventivo, de planeación y atención, ya que es probable que las personas se concentren en las fronteras y hasta el momento no hay un plan de atención.
Dijo que solo en la Casa del Migrante de Saltillo, están a poco más de 300 personas de cerrar las 7 mil, y dado este escenario, es posible que para diciembre se superen las 8 mil 500, ya que ese mes es de tránsito recurrente, "y lo que ha pasado cada cambio de administración en Estados Unidos es que justamente poco antes de que ingrese el nuevo presidente la gente aprovecha lo que puede para transitar".
Mencionó que entre los riesgos de la nueva administración está el discurso de odio que Donald Trump ha manejado siempre en contra de la población migrante, que invita a la población norteamericana a cometer actos de odio y de exclusión en contra de ellos, "aunque la gente esté de forma regular".
Un segundo punto es la detención migratoria con la separación familiar, "donde separaban a papá y mamá de los niños y las niñas y había la deportación de los padres y los niños se quedaban en Estados Unidos y no había forma de repatriarlos o devolverlos a sus países de origen, esa fue una problemática terrible".
La tercera es la suspensión de los programas de asilo, con lo que las personas ya no pueden solicitar la protección internacional, que es un derecho humano básico, indicó.
Dijo que lo que siempre se hizo en la anterior administración de Trump fue generar amparos aplicando la división de poderes "que sí existe en Estados Unidos, eso nos ayudó mucho en algunas decisiones que eran muy arbitrarias y podían apelarse y dar marcha atrás".
Resaltó que seguramente los abogados migratorios y las organizaciones de apoyo a migrantes en Estados Unidos estarán litigando las situaciones que se presenten en caso de que lleguen a darse.
DAED