En la capital potosina y su zona conurbada se desperdicia la mitad del agua disponible para el uso doméstico, comercial e industrial.
“La eficiencia física del Interapas es de alrededor del 50 por ciento debido a que la mitad se pierde en fugas en la red y en tomas clandestinas principalmente”, reconoció en entrevista con MILENIO, Enrique Torres, director del Interapas.
Cada segundo, el Organismo Intermunicipal Metropolitano de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento bombea cuatro mil litros de agua, pero dos mil de ellos se derraman sin ser utilizados o no se registran para su respectivo cobro debido al “huachicoleo” del vital líquido. Ello, aunado a las recurrentes fallas en el acueducto “El Realito”, provoca desabasto a treintaitrés colonias de los municipios de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro, donde el Interapas brinda servicio.
Enrique Torres dijo que, “hay la percepción de que El Realito es operado por el Interapas, sin embargo es una concesión que maneja una empresa privada, una trasnacional de origen español que desde el 2015 está en operación… el que le puede exigir al concesionario no somos nosotros, es la Comisión Estatal del Agua”, recalcó el funcionario municipal.
“No dan la solución porque se echan la pelotita uno con otro… si ellos están donde están ahorita, sabían los problemas que se venían encima… ese ya es un problema de antaño y sigue lo mismo…” , denunció Juan Manuel, un ciudadano constantemente afectado por las frecuentes fallas en el suministro de agua.
El Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece como obligación de los Ayuntamientos, sanear y proveer el agua a los habitantes, a fin de garantizarles ese Derecho Humano.
Cada vez con mayor frecuencia, un millón 200 mil personas dependen del abastecimiento de agua a través de pipas propiedad de una empresa privada ganadora de una licitación pública. Dicha compañía recibirá este año alrededor de cuarenta millones de pesos del erario, pero el titular del Interapas no reveló su nombre “por razones de confidencialidad”.
Aunque las pipas hacen recorridos de seis de la mañana a diez de la noche, el servicio contratado es insuficiente.
“Gente que va a trabajar, pues esa gente se queda sin agua… hay que contratar pipas privadas que están carísimas ya… pues para todo necesitamos el agua, entonces sí es muy difícil día a día estar batallando…”, manifestó doña Edith, presidenta de participación ciudadana de la colonia Valle Dorado.
Ambientalistas advierten que la zona metropolitana de la capital potosina atraviesa por un estado de “estrés hídrico”.
MILENIO sostuvo una charla con el maestro Ramón Ortiz Aguirre, especialista en materia de ecología y desarrollo urbano.
“Aquí tenemos más de quinientas fábricas que están consumiendo agua prácticamente todas del subsuelo… un desarrollo urbano que no ha respetado una planeación hídrica adecuada, otorgan permisos tanto Desarrollo Urbano del municipio como Interapas, con la mano en la cintura… no les importa ni a constructores ni al organismo operador… lo importante es que puedan vender sus casas, sus departamentos, y al organismo operador que pueda recibir dinero…”, manifestó Ortiz Aguirre.
La situación se agrava debido a las sequías prolongadas y al uso indiscriminado del agua para la agricultura, con sistema obsoletos.
Muchos habitantes como Manuel, un hombre jubilado, recuerdan que apenas un par de décadas atrás se obtenía agua en el pozo de la colonia, cuyo acceso ahora se encuentra restringido por el propio Interapas. “Se encuentra aquí a tres o cuatro cuadras (el pozo) y nunca nos faltó agua”, recordó Manuel.
LG