En la plaza conocida como El Crucero, en Cancún, Quintana Roo, al menos 400 hombres y mujeres de distintas edades esperan sentados sobre la banqueta la llegada de contratistas. Se trata de albañiles, plomeros, electricistas, camareras, barmans y hasta hostess que llegaron desde las 06:00 horas en busca de un trabajo, como dicen ellos, “de lo que caiga”.
Todos los que ahí esperan son parte de esos 113 mil trabajadores, que de acuerdo con el IMSS fueron despedidos con el inicio de la Jornada de Sana Distancia en el estado de Quintana Roo.
Son hombres y mujeres que en promedio llevan tres o cuatro meses sin percibir un solo salario mínimo y que frente a eso han tenido que acallar el hambre en comedores comunitarios, limpiando parabrisas en un crucero y algunos otros pidiendo dinero en mercados o fuera de los supermercados.
Hay de todo: solteros, con hijos y esposa, mexicanos y extranjeros, jóvenes de entre 18 y 28 y adultos de entre 45 y 60 años. La mayoría de ellos llegan desde las seis de la mañana y se retiran hasta las 15:00 horas, pero apenas un 5 por ciento de todos, corre con suerte y es contratado como jardinero o cocineras.
Dentro de este grupo está Abraham Guillén, un hombre de 54 años que se dedica a la plomería y a impermeabilizar cisternas y albercas. Él no es quintanarroense, pero como si lo fuera, pues lleva viviendo 30 años en el municipio de Benito Juárez. Cuando decidió mudarse de su natal Tabasco, lo hizo movido por la promesa del “billete verde” que garantizaba el turismo en la región.
Durante los últimos 10 años, parecía que la promesa se había cumplido, pero hace cuatro meses que llegó la nueva cepa de coronavirus a México, y “todo se derrumbó”. De pronto sus patrones lo corrieron de la empresa donde había trabajado impermeabilizando cisternas.
Lo único que le dieron fue una liquidación de 2 mil pesos, que apenas duró un mes, después de eso el cierre de negocios, empresas y de todo el sector turismo lo dejó sin un ingreso.
“Después del despido no he vuelto a encontrar trabajo, hace como un mes y medio un señor nos pidió descarga cascajo, dos días trabajé y fue lo único que recibí. Desde entonces no he tenido ni un peso más. Desde el 15 de marzo yo solo he trabajado dos días ¿Sabes cuánto he ganado desde el 15 de marzo hasta ahorita? 500 pesos”, expresa don Abraham.
Ante la falta de un sueldo, don Abraham dejó de pagar la renta y su casero lo echó del cuarto donde rentaba, por esa razón desde hace un mes y medio vive en La palapita, un parque público a 15 minutos de la presidencia municipal. Ahí comparte el techo del auditorio al aire libre con otras 10 personas que están en su misma situación.
“Mi familia a veces me envía dinero, pero pues ellos está en la misma situación, por eso todos los días yo llego aquí al Crucero para ver que encuentro, pero no hemos tenido suerte”, puntualiza.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó que el porcentaje de personas pobres por ingresos en México alcanzó al 53.1 por ciento de la población en abril, mientras que, en mayo, la proporción subió a 54.9 por ciento, lo que se atribuye a la afectación de los ingresos por la pérdida de empleos y la caída en la actividad económica en esos meses.
El Coneval también indicó que el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria promedio ponderado del valor rural y urbano alcanzó a más de la mitad de los mexicanos en buena medida porque el ingreso laboral per cápita con la ETOE se redujo 6.2 por ciento, al pasar de mil 516.93 pesos en abril a mil 422.24 en mayo.
Ellos no son los únicos. El virus no conoce de oficios o profesiones y hasta los más preparados enfrentan la misma situación. Como Magali Guevara, quien es licenciada en turismo habla inglés y actualmente estudia derecho.
“He enviado currículums a todas partes, pero el turismo está detenido y no he recibido respuesta, inclusive he estado pensando en cambiar el de turismo a un banco, o alguna otra profesión para al menos encontrar alguna otra cosa”, comparte.
Y es que a pesar de los esfuerzos, toda la industria en el estado de Quintana Roo opera al 30 por ciento y eso no es suficiente: “Yo no soy la única, siempre que hablo con amigos me dicen que están en la misma situación y que si no sé de algo o que si no de alguien, porque nadie tiene trabajo”.
De acuerdo con los datos más recientes del número de trabajadores adscritos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 5 de cada 10 empleos formales fueron eliminados durante los últimos 4 meses.
De marzo a junio de este 2020, se perdieron un millón 144 mil plazas, de las cuales 582 mil, es decir el 52 por ciento se ubicaban en Ciudad de México, Quintana Roo, Nuevo León, Jalisco, Sinaloa y Estado de México.
En Quintana Roo se eliminaron 113 mil 72 empleos, principalmente del sector turístico, que es el motor económico de la entidad, lo que significa que el mercado laboral en el estado ha sido el más afectado, debido a que este recorte representó una contracción en su plantilla del 24 por ciento en los últimos 4 meses.
ledz