Comida de cuaresma hace repuntar ventas en el mercado Donato Guerra de Lerdo

Si bien no fue lo que esperaban, locatarios tuvieron que implementar la comida para llevar a raíz de la pandemia.

Comida de cuaresma en Lerdo. (Rolando Riestra)
Editorial Milenio
Lerdo, Durango /

El mercado Donato Guerra de Lerdo, inició y cierra la semana con comida de cuaresma que puede ser servida en los comedores o para llevar a las casas. Si bien la pandemia mantiene a la población tomando distancia, lo que ha propiciado que las ventas se desplomen hasta en el periodo vacacional, los locatarios se mantienen con su propuesta popular vendiendo torrejas, pipián, pescado y capirotada, con el sazón que heredaron de las abuelas.

“Bendito sea dios sí se repuntó en las ventas pero no como esperábamos. Todavía no son esos tiempos buenos, del pasado sin el covid, porque este año que pasó fue bajo y ahora también no se vinieron las ventas que esperábamos porque de comida para llevar, ellos sí tuvieron venta, estuvo bien, pero en los comedores no es lo mismo y no fue como hace dos años porque antes se elevaban las ventas hasta en un 200 por ciento”, dijo José Martín Castillo Paredes, secretario general del mercado Donato Guerra en Lerdo.

El representante de los comerciantes dijo que un factor que impacta positivamente es la presencia de vacacionistas, pero ahora son pocos por lo cual se debe trabajar más horas para poder concluir con la comida que se prepara en tiempo de cuaresma.

“Ahorita yo ya hubiera terminado, casi termino pero no es la venta que yo ponía hace dos años. Hoy le calculo yo, sí me faltó un 25 por ciento más de venta pero de todos modos hoy repuntó, y desde las seis de la mañana que abrí mi local llegó gente, de fuera, que vienen a visitarnos, pero como quiera va repuntando poco a poco”.

En cuanto al cierre de negocios, estableció Castillo Paredes que se calculan alrededor de 10 locales sin abrir. Dijo que algunos comerciantes se rindieron y abandonaron los espacios que podrán ocuparse al obtener una concesión del municipio que amerita el pago simbólico de una renta.

“No nos vamos a comparar con los locales de la redonda y afuera, si un local aquí nos cuesta 400 pesos, afuera le cuestan entre 6 y hasta 10 mil pesos, es simbólico. Esos negocios, el locatario que lo tiene y ve que está en quiebra, que ya no puede sostenerse y sí él tiene familia lo puede traspasar, es entre ellos, se mantiene el negocio como un bien familiar, por ejemplo la menudería le puse que esta desde 1955, es una tradición desde mi abuelita, luego mi tío Nando y ahora yo que apenas llevo cinco años”.

En este comedor aparte del menudo se aventuraron a vender capirotada, torrejas, lentejas y filetes de pescado junto a tortas de camarón, y la gente acudió, tanto para llevar y comer en el sitio. Cabe mencionar que son al momento 40 los locatarios quienes se mantienen en sus puestos a pesar de la pandemia.

“Nos hemos sostenido, ahora sí que por la misericordia de dios porque yo he despedido a cuatro empleados y todos tenemos que reducir los gastos para mantenernos al frente en el mercado”, concluyó.

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