Con honores despidieron al cabo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Jair Vargas Carrillo, en el cementerio de Benito Juárez, del municipio de Altamira, una verdadera tragedia para su familia pues estaba apunto de ser papá.
El militar perdió la vida, junto con otros seis de sus compañeros, en un fatal accidente que se registró en la carretera Reynosa-Soto La Marina el domingo 6 de noviembre, cuando la unidad de la Sedena se estrelló contra un tráiler, que según la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas estaba estacionado sobre la vía federal con las luces apagadas, lo que obstaculiza la visibilidad.
Los militares pertenecían al Décimo Quinto Batallón de Infantería, habían salido de comisión al municipio de Reynosa, donde al parecer se iban a quedar cinco días, el cabo Jair Vargas había programado regresar el viernes, pues estaba por nacer su hijo.
El cabo Jair Vargas Carrillo era originario de Altamira, vivía con su familia en la colonia Españita en el zona sur de la ciudad, sus restos fueron velados en su casa toda la noche del lunes y hasta el martes a las 14:00 horas, donde sus compañeros de la Sedena le hicieron una pequeña ceremonia, su féretro fue cubierto con la bandera mexicana.
Misa de cuerpo presente
El cortejo fúnebre partió escoltado por varias unidades de la Sedena, dos motorizados de Tránsito les iban abriendo camino haciendo sonar sus sirenas, así circularon por toda la avenida de la Industria hasta que llegaron al centro de Altamira, donde se celebró la misa de cuerpo presente, luego la comitiva partió hacia el cementerio municipal en el ejido Benito Juárez.
En el lugar esperaba el cuerpo la banda de guerra de Sedena, mientras sus compañeros hacían una guardia de honor. Cuando ingresó la carroza los militares hicieron un toque de diana antigua.
Detrás del vehículo ingresaron caminando el comandante del 48 Zona Militar, Elpidio Canales y el comandante del Décimo Quinto Batallón de Infantería, Joel Solís, y la familia del cabo.
Enseguida los elementos de la Sedena retiraron del féretro la bandera, abrieron una parte del ataúd y colocaron las insignias del cabo, junto a varias rosas blancas, en ese momento su familia y amigas se acercaron para despedirlo, el dolor que se sentía en el lugar era indescriptible.
En ese momento el mariachi arrancó con "Te vas Ángel Mío", luego siguió "Amor Eterno", hasta que de nuevo tocó la banda de guerra, que indicaba que era hora de sepultar el cuerpo.
Entre aplausos y porras, así familiares, amigos y militares, despidieron al orgullo de la familia Vargas Carrillo, que tenía apenas 27 años y había dedicado ocho años de su vida al Ejército Mexicano y a la seguridad.
EAS