Sequía en La Laguna amenaza la fauna del desierto

El prolongado tiempo sin lluvia aunado a la alza de la temperatura, presentan un riesgo latente para las serpientes, tortugas y lagartijas, además de las abejas.

Lagartija Uma Exsul, en peligro de extinción, también conocida como 'lagartija nadadora'. (Archivo)
Isis Rábago
Gómez Palacio, Durango. /

Aunque reptiles como las serpientes, tortugas y lagartijas son especies adaptables al clima desértico como el de la Región Lagunera debido al proceso de termorregulación eficiente que naturalmente tienen, el prolongado tiempo sin lluvia aunado a la alza de la temperatura, actualmente representan un riesgo latente, inclusive no solamente para este grupo de especies, sino para toda la fauna del desierto algunos en un grado mayor que otros.

El doctor Gamaliel Castañeda Gaytán es profesor investigador de la Facultad Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED) especialista en la herpetología, que es parte de la zoología que estudia a los reptiles y anfibios, habló sobre las consecuencias de al menos dos años de sequía que vive la Región Lagunera, y los peligros en que se encuentran especies nativas, principalmente por la disminución en la producción de alimento. 

Sus investigaciones se inclinan a reptiles como tortugas, lagartijas y serpientes y en los recientes proyectos que están llevando a cabo con serpientes, se empiezan a distinguir las afectaciones. 

Lo anterior debido a que cuando no hay buena lluvia, las serpientes no alcanzan a acumular suficientes grasas que necesitan para el desarrollo de los embriones, un ejemplo de ello, son las víboras de cascabel, que al ser vivíparas necesitan tener una buena condición corporal, es decir que haya buena lluvia en el año, para que tengan buena comida que les permita almacenar suficientes grasas en el cuerpo que les beneficien en el periodo de gestación. 

“Entonces si por ejemplo no hay comida a causa de la sequía es muy probable que en ese año las serpientes no se reproduzcan, pero si es acumulativo por dos a tres años las poblaciones de serpientes sí pueden llegar a mermar mucho”, enfatizó.

Lagartijas endémicas peligran

El doctor Castañeda Gaytán explicó que ante la baja de precipitación pluvial se reduce la cantidad de vegetación así como los artrópodos que son comida de las lagartijas, que al quedar con menos alimento, se vuelven vulnerables ya que se convierten en alimento para otros depredadores medianos como por ejemplo correcaminos, coyotes, aguilillas y búhos. 

Resaltó que la importancia de las lagartijas en este caso, se debe a que en la Comarca Lagunera existen varias especies endémicas, únicas de la región, que están siendo impactadas por la sequía. 

Algunas de estas especies que existen solamente en la región y que son de las particularmente vulnerables son; las lagartijas de arena de Coahuila, Uma Exsul, la cual habita en las Dunas de Bilbao y en la zona de Viesca, pero lamentablemente esta se encuentra enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010 como en peligro de extinción. 

Otra de estas especies únicas en La Laguna, es la lagartija de collar de Torreón, esta se describió en el 2017 como nueva para la ciencia y solamente se encuentra en la Sierra de San Lorenzo en la zona de Matamoros y San Pedro.

Ahí mismo hay otra, lagartija de collar venerable le llaman, su nombre científico es crotaphytus antiquus, la cual también es una de las especies mayormente impactadas y es endémica. Existe otra lagartija pequeña que es vivípara y que incluso es nocturna “y creemos que esa es su adaptación para tolerar el ambiente del desierto porque se escapa de las horas del día, las horas más calientes y su actividad la inicia ya muy tarde, pero también se mantiene su actividad durante la noche, esta es la lagartija nocturna de Durango, xantusia extorris”. 

Otras especies también afectadas por la falta de lluvias, son las tortugas, como la especie conocida como la tortuga del bolsón de Mapimí. 

El investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, resalta que todos los reptiles del desierto, además de sufrir la sequía, sufren de los problemas del aumento de la temperatura debido a que reducen las horas de actividad, entonces si antes una lagartija o una tortuga tenía por ejemplo una actividad durante siete horas al día, con los aumentos de temperatura que se están suscitando por cuestiones de cambio climático, se está reduciendo a cinco o a cuatro horas del díay entonces los animales que venían haciendo en siete horas ahora lo tienen que hacer en cinco por ejemplo”.

Las horas de restricción como le nombran los científicos está creciendo aún cada vez más, lo que conlleva a que se reduzca el tiempo de las especies para encontrar comida o pareja para aparearse y eso está haciendo que las poblaciones vayan disminuyendo. 

“Incluso hay lugares que se calientan más rápido y se tardan más en enfriar y que en automático terminan siendo lugares menos idóneos para los animales, y son normalmente los lugares a donde se empiezan a disminuir sus poblaciones al grado de desaparecer de esos sitios”. 

En cuanto a si hay peligro por perder algunas especies nativas, dijo que algunas de las valoraciones realizadas a diferentes especies en México y en otros países, sugieren que algunas ya empiezan a perder poblaciones y otras incluso se cree que las próximas décadas pudieran desaparecer si es que no se hace nada para conservarlas.

Sequía debilita colmenas

Los apicultores de la Región Lagunera presentan repercusiones debido a la sequía, pues al no haber floración de mezquite no hubo producción de miel de la temporada, sin embargo, la preocupación principal es que actualmente las colmenas están muy débiles porque no ha habido suficiente fuente de néctar. 

Las altas temperaturas por otro lado, es un factor que también impacta, ya que al encontrarse en condiciones de mucho calor, las abejas empiezan a cambiar sus conductas para mantener la temperatura adecuada en sus colmenas

María Guadalupe García Rosas, presidenta del Sistema Producto Apícola en la Región Lagunera, explicó que las abejas siempre deben tener una temperatura templada al interior de la colmena. Estos insectos perciben a través de sensores que tienen en sus antenas el nivel de calor y cuando perciben un clima muy caliente, lo que hacen es buscar mantener las condiciones adecuadas

Esto lo hacen a través de los movimientos de sus alas de manera constante, y en caso de no disminuir la temperatura salen a buscar fuentes de agua para llevarlas hasta la colmena, depositarla en las celdas, para hacer un ambiente más fresco al interior al momento en que están moviendo las alas. 

Sin embargo, este trabajo, es adicional a lo que regularmente hacen como buscar néctar, lo que resulta en un estrés para las abejas. “Hay ocasiones en que las temperaturas se registran muy altas en el día y hay ocasiones en que perduran en la noche, entonces cuando tienen que estar trabajando hasta la noche, es más estresante para ellas”, enfatizó.

Inclusive la organización de estos insectos va más allá, pues cuando algunas ya no pueden generar tanto aire o brisa para mantener la temperatura, un grupo de abejas sale de la colmena y desde afuera empieza a generar aire para que se introduzca y que haya mayor espacio al interior de la colmena. 

Señaló que cuando se ponen débiles por esa acción adicional que realiza obviamente quedan más vulnerables para algunas enfermedades como la varroa, parásitos, bacterias, hongos, virus, “es una colmena más susceptible a enfermarse”. Actualmente los apicultores de la Región Lagunera empiezan a reportar bajas por la mortandad debido a la deshidratación y hasta el momento se estima una pérdida de alrededor del 30% de abejas, señaló García Rosas.

Ante estas circunstancias, la presidenta del Sistema Producto Apícola ha iniciado una campaña entre los mismos integrantes, con la finalidad de que inicien con la colocación de sus apiarios en lugares donde haya sombra por árboles o donde pueda circular el aire. 

Aunque con la temporada del Ciclo Agrícola que se desarrolla en la Comarca Lagunera en los canales de riego corre agua, señaló que existen apicultores que no están cercanos a fuentes que les brinde recurso hídrico, en este caso también recomendó la instalación de fuentes de abastecimiento artificiales como tambos cerca de los apiarios. Ante las afectaciones ocasionadas por la sequía y que empieza a repercutir en diferentes especies de animales por la falta de agua como son los polinizadores, en especial las abejas consideradas como una de las más importantes debido a su intervención en la producción de alimentos, para María Guadalupe Rosas la mejor contribución que podría hacer la sociedad civil, es empezar a crear huertos, con fuentes de floración que les permitan obtener el néctar de manera natural o en su caso, colocar agua con azúcar en moldes extendidos en el exterior. 

Ante esto, llamó a la sociedad civil a formar parte de una campaña para generar en los jardines, “pues con lo poquito que haga cada uno en las casas sembrando plantas que den fuente de néctar o simplemente también de manera inmediata ponerles el jarabe hecho con base a un litro de agua y un kilo de azúcar está perfecto para que las abejas sigan sobreviviendo”.

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