Especialistas en temas hídricos advierten que viene un fuerte impacto económico para el sur de Tamaulipas ante la crisis que se enfrenta por la escasez de agua, pues podría llevar hasta dos años la recuperación del vaso abastecedor, siempre y cuando llueva.
“La industria petroquímica y la turística se verán más afectadas por la falta de agua, porque es un problema que va para largo resolver, al Chairel le puede tomar hasta un par de años regularizarse si llueve, así que se vislumbra una fuerte afectación económica”, dijo José Luis León Hurtado, director de la Casa de la Naturaleza en Tampico.
Calificó la situación como “terrible”, aunque aplaude el trasvase que se hará desde El Mante hacia el sur del estado, pero considera debió empezarse desde hace por lo menos dos o tres semanas “y no a la mera hora”.
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Roque Montiel Lozano, representante de la asociación Ciudadanos Conscientes en Acción por México, expuso que “sin agua no se puede vivir, pero es también el motor de toda actividad económica”. Apuntó que ya ve a la industria de Altamira muy impactada y se desconoce por cuánto tiempo más.
Acciones son tardías
Consideran que las medidas anunciadas por la Secretaría de Recursos Hidráulicos para administrar el poco recurso disponible, suspendiendo actividades a negocios que utilizan grandes volúmenes de agua “son tardías”, pues debieron empezar a aplicarse gradualmente desde hace meses.
Desde su perspectiva, al no haber fecha para regularizar el suministro y apostarse a las lluvias cada vez más escasas debido al cambio climático, se observa un escenario de incertidumbre que golpeará la actividad económica y se corre el riesgo de que ahuyente inversiones.
“El panorama es incierto porque cada vez llueve menos, mucho se ha dicho que posiblemente ni un huracán que impactara la zona dejaría el agua que necesita el sistema lagunario para recuperarse, lo que significa que no hay manera de garantizar al 100% el abasto del recurso natural para todos los usos”, dijo Montiel Lozano.
Y es que, menciona, el trasvase desde El Mante es temporal, no es para siempre, además de involucrar también cuerpos de agua que con la sequía pueden empezar a padecer la misma problemática que el Chairel-Tamesí, por lo que insiste que la única opción viable es la planta desalinizadora.
SJHN