En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Silvia Ortiz, madre de Fanny, quien desapareció hace 17 años, activista y vocera de Grupo Vida (Víctimas por sus Derechos en Acción), ha vivido y escuchado, sobre todo durante los primeros años de búsqueda de su hija, omisiones, simulaciones y violencia de género hacia ella y hacia sus compañeras por parte de las autoridades en todos sus niveles de gobierno, ya que el colectivo lo integran en un 98 por ciento mujeres, madres, hijas y esposas de ausentes.
Han logrado a través de la unión y el trabajo, que se les escuche y se les deje de ver como alguna vez dice las llamaron: "las señoras, las buscadoras gritonas".
Desde la perspectiva de quienes integran Grupo Vida, ¿este día qué significa para ustedes?
Es un camino bastante difícil lo que todas nosotras hemos recorrido. Grupo Vida está integrado en un 98 por ciento por mujeres y cuando iniciamos la búsqueda de nuestra hija, teníamos que realizar constantes visitas a la Ciudad de México para interponer la denuncia, dar seguimiento y hacer los trámites correspondientes y si no te veían acompañada sentías miedo, pero miedo a la propia autoridad ya que para acelerar los procesos de búsqueda y trámites, algunos de ellos solicitaban a cambio dinero o favores sexuales.
Gracias a Dios a mi no me tocó eso, yo siempre fui acompañada de Óscar mi esposo, pero sí supimos de no uno o dos casos, sobre todo al principio, incluso hubo un abuso sexual que no se denunció por miedo a las represalias.
Ahora nos ven más fuertes como colectivo, la mujer ha ido conquistando terreno y tenemos más foco pero al principio, todo era nuevo, tanto para nosotros como para ellos. No sabíamos de leyes ni de procesos, y nos veían como las viejas gritonas y así nos lo decían en cada movilización.
Ser mujer e iniciar una lucha, la búsqueda de sus familiares ausentes era más difícil para ustedes que para los hombres. A 17 años que inició la búsqueda de su hija ¿lo sigue siendo?
Hemos luchado, hemos batallado bastante durante este tiempo. En el contexto actual han cambiado las cosas, nos hemos hecho escuchar sí. Ya entendieron que existimos, que nuestra acción es legítima, que no se trata solo de una mujer que va y grita, sino de una mujer que va y lucha por su hija, su hijo, por su padre, hermano, familiar.
Pero ciertamente cuando al principio llegábamos con la autoridad nos decían: “Señora, ¿no conocía usted a su hija? de seguro anda con el novio o de seguro en este momento ha de estar hasta en la cama con él pero con otras palabras más explícitas, usaban un lenguaje inapropiado sobre todo con las mujeres, jovencitas ausentes.
Sí se ha batallado bastante y se ha sentido una impotencia por los tratos deshumanos de la autoridad porque eso se lo decían a las mujeres solas, a las mujeres acompañadas no.
¿Ha tenido experiencias en las que las autoridades les faltaran el respeto?
A mí me pasaron varias situaciones, innumerables porque era imposible que siempre me acompañara mi esposo para todos lados en este activismo. Hace años, en una ocasión me pidió una compañera (a la que acompañaba en su caso), que fuera con ella a la Fiscalía, ahí debimos salir a una diligencia de la propia investigación pero mi hermana se quedó.
La autoridad máxima en ese momento sale y pregunta por mi compañera para darle alguna instrucción y le dicen que salimos, que yo la acompañé, en ese entonces comenzó a despotricar en mi contra pero no sabía que ahí estaba mi hermana escuchándolo todo y se dirigió hacia mi persona con palabras despectivas.
En esta lucha contra corriente ¿cómo se puede sobrevivir?
Tenemos un objetivo: buscar a nuestros familiares ausentes, eso es lo que nos mueve y lo que está por encima de cualquier insulto, maltrato. No suplicamos, exigimos acciones por un derecho que tenemos. Nos han dicho de todo: "las viejas chancludas que deben estar en su casa, otros nos decían las gritonas tóxicas, no le hagan caso a esas pinches buscadoras mándenlas a la… entre los insultos más ligeros que se pueden mencionar por aquí".
¿En dónde estamos parados en torno a la violencia contra la mujer, familiar de personas desaparecidas?
Si bien, ya las cosas en cuanto a trato hacia las integrantes del colectivo han cambiado ligeramente, existe una simulación de respeto, de que escuchan, de que trabajan en los casos y no es así. No hay resultado, no hay avances... no aparecen.
Seguimos pidiendo, exigiendo el respeto a la mujer, a la madre, a la hermana o a la esposa que va y pide cuentas a la autoridad. Ellos, la autoridad, no se han puesto a pensar en que cada uno tienen mujeres, familiares a su alrededor y les gustaría que las respetaran.
¿Qué pediría a la autoridad?
A la autoridad se le pide respeto en cada caso, empatía por el trabajo que se tiene que hacer. No se trata de que seamos amigos de ellos, solo que hagan lo que tienen que hacer.
Ustedes desde hace más de seis años que realizan búsquedas, encontraron fosas clandestinas derivadas de sus propias investigaciones algunas voces decían que realizaban “la chamba” de las autoridades. En todo este proceso ¿cómo ha sido el andar de Grupo Vida, conformado en su mayoría por mujeres?
Las mujeres que forman parte de Grupo Vida son unas guerreras que han dado todo, hasta su salud por la lucha, por encontrar a su familiar desaparecido. Estas mujeres están y estamos haciendo la chamba de la autoridad sí.
Sobre todo en este momento en el que han dado la orden de que en las búsquedas en campo las acciones operativas las hagamos nosotros. Es decir, estar buscando, escarbando en la tierra para dar con restos humanos que podría ser el familiar de alguno de nosotros, con altas temperaturas, frío, hincadas en el suelo y ellos solo miran.
Esta orden es reciente. Dicen déjenlas, que ellas lo hagan, y eso nos tiene muy indignadas porque parece que ahora somos sus obreras. Esto es aprovecharse del dolor nuestro y lo hacemos porque a nosotros sí nos urge dar con nuestros familiares.
Las jornadas inician a las 5:00 de la mañana y terminamos a las 17:00 horas en ocasiones prácticamente 5 días a la semana.
¿Qué le gustaría que la gente supiera, la autoridad en todos sus niveles de gobierno?
No queremos que nos vean, queremos que nos escuchen. Queremos que entiendan que esto que nos ocurrió no lo pedimos y no queremos que le ocurra a nadie más, por ello demandamos siempre la no repetición.
No entienden lo que una madre está llorando, sufriendo y luchando... Las mujeres valemos y tenemos derecho de ser escuchadas y atendidas. Grupo Vida es un muro de mujeres que va avanzando.
Son cinco años de búsquedas de sus familiares ausentes
Grupo Vida se agrupó como colectivo en 2015 y el objetivo era encontrar a sus familiares desaparecidos. Uno de los principales ejes fue el de realizar investigaciones por cuenta propia así como también búsqueda en campo, de ahí que encontraran fosas clandestinas en la Región Laguna.
Hincados, ante la tierra con altas temperaturas, frío, sol y tolvaneras, buscan, escarban para localizar restos humanos, pues esperan que finalmente, una familia, tenga la certidumbre de saber dónde se encuentra su ser querido.
En los últimos cuatro años de búsqueda en campo, han encontrado 26 zonas de exterminio solamente en la Comarca Lagunera de Coahuila. En estos sitios encontraron restos, algunos de ellos en tambos donde eran calcinados, ropa de hombre y de mujer.
Recuerda que se formó el colectivo luego de que la asociación ‘Laguneros por la paz’ realizara una conferencia para dar a conocer lo que era la Ley General de Víctimas.
“Coincidimos ocho personas, a la semana siguiente a la que también asistimos a las conferencias éramos 13 y así fue pasándose la voz y fuimos creciendo hasta llegar hasta los 200 que se tiene actualmente en la Región Laguna tanto de Coahuila como de Durango”, afirmó Silvia Ortiz.
Algunos de los sitios donde han encontrado restos humanos por Grupo Vida en la Región Laguna son: Antiguo basurero del municipio de San Pedro, conocido como El Volcán, Cerro Bola, Carretera Torreón-Saltillo, a 3 kilómetros de la caseta de cobro 3 cráneos, Estación Claudio del Ejido Reynosa, municipio de Viesca, Ejido Patrocinio, a 90 kilómetros de Torreón, en San Pedro de las Colonias, el Sol, colindancia con 4 de marzo, 1 cráneo en partes, partes de un fémur y Cerritos, municipio de San Pedro, fragmentos óseos, casquillos.
Luchadora por los derechos humanos
Silvia Ortiz Solís, vocera de Grupo Vida, recibió en el año 2020 la Medalla AIDH en la categoría de ‘Acciones Extraordinarias en Derechos Humanos’, por la destacada labor en defensa de los derechos de las personas desaparecidas y familias en la entidad y en el país.
La entrega la realizó la Academia Interamericana de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) en el marco del Quinto Aniversario de su Fundación, la votación a su favor fue de forma unánime y sin abstenciones.
El pasado 10 de mayo, madres de personas desaparecidas de todo el país, entre ellas de Sonora, Sinaloa, Guerrero, Veracruz, Nuevo León y Tamaulipas, además de Grupo Vida de Coahuila, participaron en una marcha en la Ciudad de México, para solicitarle al gobierno federal que regresen a sus hijos, pero también que se reconsideren los nuevos lineamientos de operación de apoyos, ayudas y reparación integral mismos que eliminan lo logrado hasta el momento en favor de las víctimas directas.
La Presea Venustiano Carranza, en la categoría de Promoción de los Derechos Humanos, fue conferida a Silvia Élida Ortiz Solís, luchadora por los derechos humanos con el objetivo primordial de ayudar a las familias de personas de desaparecidas en México a encontrar a sus seres queridos, brindando su apoyo en la búsqueda y acompañando en los trámites en las oficinas gubernamentales.
Fue ponente en el Foro Víctimas del Secuestro y participante en el Foro Reformas a la Ley General de Trata, convocado por la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas de América Latina y el Caribe. Impartió el Taller de Acciones Inmediatas ante la Desaparición de Personas, en el marco del Foro Internacional sobre Personas Desaparecidas en México.
aarp