"Me encontraba en la segunda planta de mi casa, estábamos sentados sobre la cama mi hermano y yo, creí que me había mareado, sentí que se movía mi alrededor, después varios objetos se comenzaron a caer, estuche un zumbido en el ambiente y toda la casa se comenzó a mover", cuenta Enrique Hernández, quien vivió el sismo de aquella tarde del 15 de junio de 1999, cuando Tehuacán fue el epicentro, de aquel movimiento telúrico de 7.0 grados en la escala de Richter.
"Por el sismo, las paredes y muebles se movían, un jarrón amarillo se cayó y todo se comenzó a mover más fuerte, no sabíamos que era un terremoto, lo que hicimos fue quedarnos ahí porque bajar las escaleras y salir era más de riesgo que permanecer en el lugar por eso nos quedamos quietos, solo escuchando un ruido en el ambiente que opacaba gritos y el canto de las aves."
Enrique, a sus 13 años de edad dijo que vivió algo único, porque no había tenido la experiencia sentir sismos y menos, de esa magnitud.
Cuando terminó de temblar, bajó y a su paso encontró varios objetos tirados, en la cocina, por ejemplo, refirió que había platos y vasos rotos en el piso por la intensidad del movimiento que acababa de terminar.
Comenta que fue su abuelita quien se acercó a él y su hermano Jhonathan para preguntarles como estaban, les dijo que les trató de hablar, pero por el ruido que había, no la pudieron escuchar.
Ya estando los tres a salvo, comenzaron a recoger los objetos rotos, minutos después llegó su mamá que había salido al trabajo y les preguntó como estaban, revisaron todo para ver si no había algún riesgo en el domicilio.
Esto para mi fue algo único, no había sentido antes algo de esta manera, “es el recuerdo que tengo de ese día cuando todo se movió, cuando el estruendo estuvo presente por todos lados”.
"Después nos enteramos que el sismo había causado muchos daños, había edificios dañados, más noche conocimos que Tehuacán fue noticia nacional, había edificios dañados, varios se restauraron por el sismo de ese 15 de junio."
Eva Rodríguez era obrera, trabajaba en una maquiladora y cuando sintió el temblor pensó en sus hijos, por eso tan pronto terminó el sismo, ella junto con el demás personal para salir corriendo con dirección a la escuela, cuando llegó encontró a algunos niños y madres de familia llorando.
CHM