Los vacíos y los silencios imperan en el bachillerato Octavio Paz, ubicado en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas de la capital del estado, y en el hogar de Aldo, adolescente que el pasado 17 de junio se suicidó.
El lugar del joven que quería ser médico está vacío en la escuela de educación media superior; mientras que, en su casa, ubicada a unas calles, fue colocado un moño blanco que recuerda su presencia.
En el bachillerato, las autoridades educativas y docentes evitan dar comentarios y aseguran que será la Secretaría de Educación Pública (SEP) la que emita información ante acusaciones de violencia escolar.
Tras el hecho, los padres de Aldo aseguraron que fue una maestra de matemáticas y cálculo de la institución de educación media la que influyó para que el menor se quitara la vida tras ser víctima de actos de violencia escolar.
La SEP dio a conocer, a través de un comunicado que difundió entre algunos medios de comunicación, que las quejas que externaron los padres de familia en torno a la conducta inadecuada de la docente fueron atendidas.
Ante las acusaciones, la dependencia encargada de las políticas educativas en la entidad destacó que, desde el pasado lunes 20 de junio, la docente fue separada del centro educativo, con la finalidad de que el área correspondiente inicie una investigación para deslindar responsabilidades.
“La dependencia garantiza el derecho a la educación, así como la seguridad de las y los aprendientes, y buscará que las aulas sean espacios adecuados de enseñanza”, resalta el documento.
Al mismo tiempo, la casa de la familia de Aldo en la junta auxiliar ubicada al poniente de la capital del estado se encuentra cerrada, con candados y con un moño blanco en memoria del estudiante que decidió quitarse la vida.
Durante recorrido realizado por MILENIO Puebla y CANAL 6 por la vivienda de Aldo, una vecina comentó que la familia cerró su casa y colocó candados el pasado fin de semana, sin despedirse ni dar más detalles.
Destacó que solo conocía a Aldo a la distancia y sabía que iba al bachillerato Octavio Paz; sin embargo, no pudo conocer más a la familia que tenía algunas semanas de haber llegado a su hogar.
“No sabía si tenía amigos por aquí. Lo veía salir de su casa, iba con su mochila. No supe más. Ya no hay nadie en la casa. Colocaron candados y se fueron el fin de semana pasado. Fue una triste noticia. No supimos más”, comentó la vecina que salió al detectar a llegada de un automóvil
En una miscelánea cercana al que fue la casa de Aldo, las personas que atienden explicaron que Aldo tenía un gemelo y, por las tardes, ambos salían de su casa con destino al plantel de educación media superior.
“Casi no venían a la tienda. Los veíamos pasar por las tardes, cuando se iban a la escuela. El día en que falleció vinieron patrullas, se hizo mucho alboroto. No sabíamos lo que pasaba. Al final, nos enteramos de que se había suicidado y, por eso, se presentó todo el movimiento. Nosotros no sabemos más, solo vimos mucho movimiento”, expresó una de las personas que atiende el negocio.
CHM