Una de las definiciones de resiliencia menciona que esta es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro, eso es lo que pasa en San Fernando, Tamaulipas.
Esta localidad a 177 kilómetros al norte de la capital de Tamaulipas que vivió hace 12 años uno de los episodios más violentos de su historia, poniéndolo en el reflector mundial.
El 22 de agosto del 2010 fueron descubiertos los cuerpos de 72 migrantes en un rancho del ejido el Huizache. En abril del 2011, de nueva cuenta Tamaulipas era nota mundial, pues fueron halladas 48 fosas y 196 cuerpos, de nueva cuenta, en San Fernando.
Foto: María López
Las familias que hoy viven y trabajan en esa localidad, recuerdan esa época con tristeza, pues se vivía con incertidumbre de lo que podría pasar, muchos negocios cerraron sus puertas pues eran extorsionados y quienes pudieron se fueron de allí, pero muchos más, se quedaron.
Anabel Garza Rivera, recuerda todo eso, pero también la fuerza de la gente, “la fortaleza que llegó a adquirir toda una sociedad sanfernandense, aprendimos a sobrellevar, a enfrentar esta situación, tomándonos de la mano de Dios”, dijo a MILENIO.
Recuerda las iglesias y templos llenos de gente que pedía auxilio, tanto en lo personal como en lo espiritual, “fue un tiempo que nadie esperaba para nuestro San Fernando, hoy, está más tranquilo, a pesar de que se siguen viviendo casos”.
Foto: María López
Ella sabe lo que dice, pues su familia lo ha vivido en carne propia, su esposo y otros familiares de él han sufrido secuestros y su propio hijo, Luciano, en julio del 2020 fue secuestrado y posteriormente sus captores le arrebataron la vida, cuando apenas tenía 15 años.
Tamaulipas, paso de migrantes
Tamaulipas sigue siendo paso obligado para miles de migrantes que año con año buscan llegar a Estados Unidos a cumplir su propio sueño americano. La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, informa que tan sólo en el primer semestre del año, ya han sido presentados y canalizados 7 mil 664 extranjeros que no contaban con papeles oficiales.
La pobreza, violencia, la búsqueda de un mejor futuro para sus familias, son las causas principales de las personas que emprenden viajes de miles de kilómetros desde sus países para llegar a Estados Unidos.
Foto: María López
Sin embargo, en muchos de los casos se enfrentan a grupos delictivos que los secuestran y extorsionan a sus familias. Los peligros a los que se enfrentan en el camino son muchos.
El 23 de enero del 2021 fue descubierta otra masacre en el ejido Santa Anita del municipio de Camargo, esta vez se trató de 19 cuerpos calcinados encontrados, la mayoría de ellos en la caja de una camioneta, presentando impactos de arma de fuego.
En este caso, 12 elementos de la policía estatal fueron detenidos y se encuentran enfrentando un proceso, acusados de homicidio calificado, abuso de autoridad, desempeño de funciones administrativas y falsedad en informes dados a la autoridad.
En cuanto a las 72 migrantes encontrados en la bodega del ejido el Huizache y luego las 48 fosas y 196 cuerpos en San Fernando, apenas en mayo de este 2022, fueron dictadas sentencias para 18 personas detenidas durante el desarrollo de las investigaciones en 2011.
Foto: María López
Las penas que se dictaron, van desde los 13 años de prisión hasta las 58 años y multas desde 281 días hasta los 13 mil 650 días.
La participación de elementos de Seguridad Pública también se evidenció en las investigaciones en San Fernando, donde en su momento, la Fiscalía General de la República (FGR) detuvo a 17 policías municipales y acusó de delincuencia organizada, delitos contra la salud, portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército, entre otros.
Los policías colaboraban con los delincuentes, interceptando a los migrantes que llegaban a la central de autobuses de San Fernando y los entregaban a cambio de un pago. Hoy, hay 13 policías municipales quienes aún se mantienen en prisión, sujetos a un proceso penal federal, que se encuentra en etapa de instrucción.
A 12 años del asesinato de 72 migrantes, los jóvenes de esa época, recuerdan que algunas familias se fueron y con ellos, amigos, “había mucho movimiento en la calle, de gente armada, no sabíamos de qué tipo, a nosotros nos privaron de no salir, estábamos nada más encerrados en nuestras casas”, señala Javier, al recordar ese 2010.
Foto: María López
Recuerda al vivir cerca de la funeraria a donde primero llevaron los cuerpos de los migrantes masacrados, el olor característico “de muerte”, lo que avivó el miedo, sin embargo, dice, tenía que salir a continuar su día a día.
Hoy, aunque dice que siguen pasando algunas situaciones de inseguridad en San Fernando como en otras ciudades del país, ya no está presente ese miedo que se vivió en esos momentos.
“En esa época salíamos y había el miedo de si íbamos a regresar o nos fuera a pasar algo, hoy sales pero ya con un poco más de libertad a salir a donde tú quieres”, para él San Fernando es una ciudad bonita y “un pueblo muy bueno”.
Foto: María López
En las calles de San Fernando la vida es de trabajo, los negocios están abiertos, la gente sale a trabajar, a estudiar, a pasar un momento en la plaza, donde una placa, recuerda la lucha de una madre por encontrar primero a su hija y después darle justicia, aún a costa de su propia vida.
Es el San Fernando de Miriam Rodríguez, de Lucianito Leal, de Dulce Yamellí, de los migrantes, donde el recuerdo de lo ocurrido en aquella época violenta del 2010, sigue tan vívido en la memoria de la gente, pues hoy también algunas familias tienen algunas experiencias de horror que los ha obligado ver migrar a los suyos.
ledz