En 2020, un total de 17 mil 014 personas salieron de Chiapas para vivir en otro país, de las cuales 83 de cada 100 eligieron a Estados Unidos como destino.
Esto coloca al estado sureño del país en la posición número 16 a nivel nacional en términos de expulsión de migrantes mexicanos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), las principales causas por las que la población migra hacia el país vecino del norte son para reunirse con su familia, la búsqueda de empleo, la oferta o cambio de trabajo, así como la inseguridad delictiva y la violencia.
Sin embargo, al formar parte del fenómeno migratorio, las personas también enfrentan el riesgo de perder la vida durante la travesía en la frontera norte, e incluso corren el peligro de que sus cuerpos sean depositados en una fosa común al no ser identificados ni reclamados por sus familiares.
Además, existe la posibilidad de que desaparezcan durante el cruce de la frontera.
La frontera, la realidad en desapariciones
En entrevista para MILENIO, Manuel Brand Guzmán, responsable del Fortalecimiento Institucional en Voces Mesoamericanas, Acción con Pueblos Migrantes, reveló que, de acuerdo con cifras oficiales, en México existe un registro de 250 personas desaparecidas de nacionalidad extranjera.
Sin embargo, este año la organización acompaña únicamente a 60 personas que se encuentran en calidad de desaparecidas y que son originarias de Chiapas.
Los datos se han confirmado a través de declaraciones de los familiares, quienes exponen que el último lugar donde sostuvieron comunicación fue en la frontera norte.
“En el informe Tocar el vacío, publicado el año pasado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, se recogen datos distintos. Por ejemplo, hay alrededor de mil 500 personas en el Registro Nacional de Personas Catalogadas como desaparecidas y no localizadas".
"En nuestro caso, tenemos un registro específico en relación con personas migrantes, que está relacionado con aquellas que acompañamos, y son alrededor de 60 casos de familias que apoyamos”, precisó.
El también activista especificó que los pasos fronterizos donde desaparecen con mayor frecuencia los migrantes chiapanecos son Tamaulipas y Sonora.
En estos estados, los migrantes hablaron vía telefónica con sus familiares por última vez antes de ingresar al desierto, pero a pesar de contar con esta información, son pocas las familias que vuelven a tener noticias de sus seres queridos.
“Lo que está sucediendo frente a lo que nos enfrentamos ahora mismo, son denuncias de chiapanecos que desaparecen, sobre todo en el medio de la violencia y el desplazamiento que ha ocurrido en los últimos tres años".
"Entonces, personas migrantes son muy pocas. Nosotros en los registros que tenemos no hay. Es más, hacia la frontera norte (…) también es cierto que hay casos de Ciudad de México, Puebla, entonces que la última comunicación ha sido en esos estados".
Respecto a la frontera sur, el representante de Voces Mesoamericanas explicó que la situación es diferente, ya que en la zona de Suchiate los migrantes centroamericanos son mayormente víctimas de secuestros y extorsiones, un escenario que también debería preocupar a los gobiernos.
La repatriación de mexicanos
Uno de los casos recientes es el de Marco Antonio Gómez Gómez, un joven originario de San Juan Chamula, quien murió en el desierto de Arizona.
Sin embargo, gracias al apoyo de la organización Armadillos, Ni un Migrante Menos en Estados Unidos California, su cuerpo fue repatriado tras ser identificado mediante una prueba de ADN.
En entrevista, César Ortigosa, presidente de la asociación internacional, señaló que, en lo que va del año, atendieron dos casos de chiapanecos que murieron en su intento por cumplir el sueño americano.
A través de la vinculación con otras organizaciones, los familiares de estos migrantes pudieron darles sepultura en su lugar de origen.
“Nos fuimos con la consigna de ir y buscar a su hijo de la señora Mari, y pues afortunadamente lo pudimos localizar, estaba en un estado de osamenta y pues después de que le hicieron el examen de ADN salió positivo y pues el cuerpo ya fue repatriado y está con su familia, la familia sabe dónde está para poder llevarle flores a un lugar donde puede estar descansando”, relató.
El buscador afirmó que una de las circunstancias a las que se enfrentan con frecuencia es que, al recibir la noticia, las familias entran en un estado de negación, lo cual complica el proceso de repatriación, dado que la ley establece un tiempo definido para mantener el cuerpo en reserva hasta ser identificado.
MO