Un estudio reciente, publicado en 2025 por el Centro Mario Molina y aplicado en 68 ciudades del país, revela cómo se evaluó el desempeño del transporte público, cuándo se aplicaron los indicadores y dónde se ubican las ciudades con mayor rezago: en ese mapa, Tampico aparece entre las seis con peor servicio, particularmente por la antigüedad de su flota y la falta de modernización.
La Radiografía del Transporte Público para Ciudades Mexicanas 2025 (elaborada por el centro Mario Molina con datos estandarizados para 68 ciudades del país) confirma que el rezago histórico sigue presente, particularmente en estados como Tamaulipas, donde Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros y Nuevo Laredo muestran realidades contrastantes pero un mismo desafío central: construir transporte público digno, competitivo y accesible.
¿Qué se califica en el estudio?
El índice divide a las ciudades según su tamaño y evalúa siete áreas clave como accesibilidad, digitalización, eficiencia, equidad, institucionalidad, seguridad y experiencia de viaje, y sostenibilidad, con valores de 0 a 100.
Aunque los datos nacionales muestran pequeños avances, los pendientes en las ciudades tamaulipecas son evidentes: baja accesibilidad, escasa digitalización, sistemas fragmentados, falta de infraestructura exclusiva, inequidad territorial y una percepción de inseguridad especialmente alta entre mujeres usuarias.
Tampico: zona metropolitana con profundas contradicciones
Tampico fue evaluado dentro del grupo de 17 grandes zonas metropolitanas —las más complejas del país— y su desempeño general revela contrastes fuertes entre un marco institucional sólido y un servicio que aún no alcanza estándares básicos de accesibilidad, modernización y eficiencia.
En los indicadores numéricos, Tampico registra:
- Accesibilidad: 25.73
- Digitalización: 17.18
- Eficiencia: 39.20
- Equidad: 63.90
- Institucionalidad: 69.07
- Seguridad y experiencia de viaje: 28.93
- Sostenibilidad: 47.84
Uno de los puntos más críticos es la edad de la flota del transporte público estructurado: el estudio coloca a Tampico entre las seis ciudades con peor desempeño, con una flota envejecida que rebasa de manera amplia los estándares sugeridos para sistemas seguros y limpios. Esta condición golpea la eficiencia operativa, eleva los tiempos de traslado y limita la transición hacia tecnologías más limpias.
En materia de digitalización, la situación también es preocupante. En el reporte, Tampico aparece con cero puntos en la adopción de tarjetas de prepago y en sistemas digitales de pago, ubicándose junto a ciudades como Cuernavaca y Cancún en el nivel más bajo. La operación sigue profundamente anclada en el uso de efectivo, lo que reduce trazabilidad, dificulta la planeación y vulnera la seguridad tanto de usuarios como de operadores.
Destacan sistema BRT que llegará en 2027
En un panorama nacional, Tamaulipas reúne iniciativas compartidas directamente por las autoridades locales y muestra una diversidad de esfuerzos que van desde la modernización tecnológica hasta la planificación integral de sistemas y la mejora del transporte público cotidiano.
“Con el objetivo de ofrecer rutas rápidas, seguras y accesibles que cubren cerca del 60% del área metropolitana. Actualmente se desarrollan estudios técnicos y de mecánica de suelos para definir el trazo final del corredor, proyectando que el sistema entre en operación en 2027 como una alternativa moderna y eficiente para la movilidad regional” informan.
El transporte público tampiqueño tampoco cuenta con integración modal: no existen estaciones de transbordo que permitan conectar rutas ni infraestructura de bicicleta pública que refuerce la movilidad complementaria. El resultado es un sistema fragmentado, de baja competitividad frente al automóvil, especialmente en viajes obligados como trabajo y escuela.
En contraste, Tampico se ubica con un desempeño moderado en equidad tarifaria; los descuentos para grupos prioritarios funcionan de manera consistente, aunque el acceso a las rutas en zonas de menor ingreso es desigual y deja al descubierto una brecha territorial evidente.
Ciudad Victoria: aislamiento, baja conectividad y un sistema rebasado
Aunque la capital del estado no aparece en el bloque de grandes zonas metropolitanas, sí figura en la Radiografía 2025 con indicadores que revelan un sistema limitado, con baja cobertura y una dependencia excesiva del transporte informal.
Victoria comparte una problemática estructural: nula digitalización, falta de integración modal, rezago en infraestructura adaptada y tiempos de traslado que no logran consolidar al transporte público como opción competitiva frente al uso del auto particular. La accesibilidad física también sigue siendo mínima, con ausencia de unidades de piso bajo o plataformas de acceso para personas mayores y con movilidad reducida.
El estudio identifica que en ciudades medianas como Victoria, el mayor riesgo es la falta de políticas continuas de renovación de flota y una institucionalidad frágil que dependa de decisiones sexenales más que de marcos técnicos permanentes. La capital de Tamaulipas encaja precisamente en ese perfil.
Matamoros: movilidad condicionada por la frontera y la informalidad
Matamoros enfrenta una realidad compleja: su condición de ciudad fronteriza incrementa la demanda, pero sus sistemas públicos no responden con la robustez necesaria. El reporte ubica a la ciudad con baja eficiencia operativa, prácticamente sin digitalización, sin estaciones de transbordo y con una infraestructura vehicular que no garantiza accesibilidad universal.
En equidad territorial, Matamoros refleja una brecha amplia: las zonas de menor ingreso cuentan con menor acceso efectivo al transporte público formal, lo que impacta directamente en la movilidad laboral diaria hacia parques industriales y cruces internacionales.
En seguridad de viaje, los niveles de percepción reportados por mujeres usuarias están entre los rangos más bajos del estudio, similar al patrón observado en gran parte del país.
Nuevo Laredo: rezago sostenido y carencias en accesibilidad
Nuevo Laredo aparece con una tendencia similar a Matamoros: poca renovación vehicular, escasa cobertura territorial y cero plataformas digitales para pago, información o consulta de rutas. La falta de carriles exclusivos y la operación a baja velocidad reducen la confiabilidad del sistema.
La ciudad carece por completo de infraestructura para transbordo y tampoco cuenta con sistemas de bicicleta pública, lo que evidencia un modelo de movilidad basado casi exclusivamente en el camión tradicional.
En términos de equidad, Nuevo Laredo también registra desigualdades importantes: las rutas no alcanzan de forma eficiente a los sectores con menor ingreso, obligando a una dependencia mayor del automóvil o de servicios informales. El estudio advierte que este tipo de brechas suelen agravar la desigualdad socioespacial en el mediano plazo.
Tamaulipas avanza, pero el rezago es estructural
La Radiografía 2025 confirma que, aunque hay avances institucionales, las cuatro ciudades tamaulipecas evaluadas comparten un mismo patrón: baja accesibilidad, nula digitalización, falta de integración modal y flotas envejecidas.
Tampico destaca por ser la única gran zona metropolitana del estado incluida en la evaluación, pero sus resultados colocan en evidencia la urgencia de una reforma integral para modernizar rutas, renovar unidades y adoptar tecnologías limpias y sistemas de prepago.
Mientras que Victoria, Matamoros y Nuevo Laredo exhiben retos equivalentes, reforzando la necesidad de construir políticas estatales de movilidad sostenida y no solo cambios parciales.
El reporte —producido por el Centro Mario Molina, SEDATU, GIZ Alemania y otras instituciones— busca convertirse en una herramienta para orientar decisiones públicas.
A lo largo de más de 20 años de trayectoria, ha destacado al transporte público como columna vertebral de ciudades sostenibles, resilientes y equitativas: promueve una movilidad más eficiente, reduce la congestión y los impactos ambientales, fortalece la cohesión social al mejorar el acceso a oportunidades y contribuye a que las ciudades puedan adaptarse mejor a los retos climáticos y de crecimiento urbano.
SJHN