En tiempos pasados, ante cualquier dolencia se acudía al "curahuesos"; este personaje atendía los dolores óseos y musculares, con el fin de que el cuerpo recuperara su movilidad. Esta práctica está casi extinta, sin embargo, en la ciudad de Puebla, Berenice López y Martín Juárez conservan esta tradición de curar con las manos.
En entrevista para MILENIO Puebla, la pareja de terapeutas reveló que cuentan con estudios de la Asociación de Médicos Quiroprácticos y Medicinas Alternativas AC, además del aval de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Son especialistas en Habilitación Física y Digitopresión, Masoterapia y Quiropraxia Inca, con la maestra Ana Marilu Reina, oriunda de Perú.
La terapia que practican en su emprendimiento, el Centro Holístico Kin, tiene como base la cultura inca: "Es la quiropraxia como tal. El quiropráctico que se conoce comúnmente solo que tiene técnicas ancestrales de la cultura inca, ellos son de Perú y el investigador de esta técnica es el doctor Iván Mercado, quien tuvo acercamientos con su cultura. A través de los conocimientos ancestrales de los hueseros, sobadores y de más, él dijo: 'si yo sé todo lo científico de los huesos, pues lo voy a combinar'", narró.
Los especialistas comentaron que la pandemia del covid-19 lastimó de forma grave a los poblanos, con lesiones por el sedentarismo, labores en casa y falta de actividad física: "Con la pandemia todos estábamos sentados y sin hacer actividad física, por lo que se presentaron más compresiones lumbares, problemas con las rodillas, dolor de hombro por permanecer mucho tiempo en la cama; además, los pacientes vienen por otro tipo de desgastes, rehabilitación o chequeo óseo y muscular".
Revelaron que las dolencias se generan por problemas en la cadera o sentimientos retenidos que buscan un punto para refugiarse, por lo que cada padecimiento tiene un origen: "Otra parte de la terapia es observar puntos en el cuerpo que nos hablan de las emociones que ahí están, una emoción genera siempre una energía y esa energía siempre se anega en un punto específico del cuerpo. Entonces, cuando nosotros nos damos cuenta o detectamos que no es muscular, ni óseo, canalizamos a la parte emocional", dijo.
Los expertos comentaron que pese a los beneficios de la quiropraxia inca, se debe acudir al médico, por lo que se pide un expediente clínico del paciente para conocer su condición física, enfermedades y gravedad, con el fin de que las personas con estados graves puedan ser canalizadas a otras áreas.
"Nosotros no somos una alternativa, somos un complemento de la medicina. Alternativa es decir: 'yo tomo esto por otra opción'. En este caso van con el ortopedista, les hacen sus estudios, revisan sus radiografías, traen esas cuestiones médicas con nosotros y lo evaluamos. Si está en nuestras manos contribuimos a la sanación o los referimos con el área médica, porque hay diagnósticos que se salen de nuestras manos y requieren de una operación", finalizaron.
CHM