En Baja California, la idea de dividir la ciudad de Tijuana en dos toma fuerza. Lo primero que se viene a la mente es aquel verano de 1961, cuando en la Alemania de la postguerra, de la noche a la mañana, nacieron Berlín del Este y Berlín del Oeste, con la única diferencia de que, en esta ocasión, se realizará una consulta ciudadana.
En la división de esta ciudad, no se tiene planeado levantar barricadas, arrancar adoquines o montar retenes policiacos que, a modo de celada, impidan el libre tránsito de la población entre una mitad y otra de la ciudad el día que por fin se separen.
Más bien, la propuesta presentada ante el Congreso estatal en diciembre pasado por la morenista Araceli Geraldo busca dividir el municipio más poblado del país para que de sus entrañas surja uno nuevo en lo que actualmente es la zona este de la capital económica de Baja California.
“Esta zona este que la divide el icono de la ciudad, el Cerro Colorado, tiene otra realidad. Necesita tener una vida propia y que su gobierno esté cerca de ellos (...)Visto por lo anterior y con fundamento en lo establecido por el Artículo 27 de la Ley del Régimen Municipal para el estado de Baja California, solicito a esta asamblea se inicien los trabajos necesarios para que la demarcación territorial conocida como zona este se convierta en el octavo municipio”, pronunció la diputada al dar su exposición de motivos frente al congreso de Baja California en diciembre.
Al respecto, la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar, en entrevista desde Tijuana, explicó que la zona este de la ciudad es una de las que más carencias adolece, ya sea de infraestructura o de seguridad, lo que en su opinión favorece que ya exista una división de facto en el imaginario popular de los habitantes. Por lo que, al márgen del respeto de la división de poderes en la entidad, ella cree que lo importante es trabajar en todos los niveles de gobierno para atender esos problemas.
“La zona este es una zona que carece de muchos servicios, es una zona... incluso, pues, ya se dice ¿no? Tijuana y la zona este de Tijuana, la zona este de Tijuana, ya existe esa división actualmente a mí me parece que, más bien, lo que tenemos que seguir haciendo es sumar para acabar con esta división de la Tijuana y la zona este de Tijuana”, explicó.
Que la zona este es la parte de la ciudad con más carencias es algo evidente a primera vista. Casas de cartón, colonias sin drenaje, calles sin asfalto, falta de alumbrado público. Hace falta infraestructura y los vecinos se quejan por la seguridad de la zona donde es común, por ejemplo, que aparezcan cuerpos tirados que son atribuidos a la disputa de la plaza entre grupos delincuenciales.
Con el renacimiento de la propuesta divisoria a expensas de la iniciativa de Geraldo hace cuatro meses, también renació la figura de Carlos Atilano Peña, candidato perdedor a la gubernatura en los comicios del 2021 donde representó al Partido de Baja California que –dicho sea de paso– perdió el registro tras apenas haber logrado obtener poco más de 21 mil votos frente a los 542 mil 135 de Morena que abanderó a Del Pilar. Desde entonces, Atilano encabeza la oposición a la iniciativa de partir Tijuana en dos que ronda en el Congreso esperando ser discutida y aprobada.
“La zona este, es la zona con mayor incidencia delictiva, es la zona con mayores condiciones de pobreza te puedo decir que, por 35 años, han solicitado un Hospital General y gobiernos de todos colores (políticos) se los han negado.
"Estamos viendo que la delincuencia organizada se ha apoderado de varias actividades económicas de aquella zona. Ellos dicen quién se pone y quién no en un mercado sobre ruedas, en muchos de los homicidios los cuerpos se tiran allá, entonces, sí sería muy lamentable (la división) en un tema de materia de seguridad, creo que dejaríamos desprotegida que ya son de una manera muy, muy, clara”, explicó al respecto.
Los ecos de dividir Tijuana no son nuevos: por décadas se ha constituido como un debate común entre la clase política local, ya sea con intenciones políticas para la obtención de más y mejores prebendas de un presupuesto independiente o para paliar la marginalidad que se sufre en el lugar.
La discusión de dividir Tijuana tiene como referencia la escisión de Rosarito, que antes pertenecía al municipio, en 1995, para conformarse como un ayuntamiento independiente.
“Eso es justamente lo que se propone, así como Rosarito se municipalizó hace ya algunos años, (proceso) en el cual ha tenido un gran desarrollo el municipio, pues, es lo que se busca, entendemos, por parte de quién presenta la propuesta. Sin embargo, nosotros como gobierno del estado estamos trabajando en cada una de las regiones”, subrayó Marina del Pilar.
En entrevista con MILENIO, Carlos Atilano enfatizó que existen diametrales diferencias entre el caso de Rosarito y el de Tijuana, empezando porque en esta ocasión no existe ninguna división social en función de actividades originarias o grupos étnicos, como también ha sucedido en otras partes del país, por ejemplo, en Oaxaca. Además de que el proceso de Rosarito costó años en consolidarse.
“Rosarito desde 1983 inició el comité pro municipalización para la defensa territorial porque tenían ellos una actividad primordial que era la turística, pero tardaron cerca de 15 años para consolidar la municipalización, aquí, en tres meses quieren municipalizar la Zona Este, lo que nos parece muy apresurado”, dijo.
En las calles, la propuesta genera opiniones divididas entre los habitantes de la Zona Este. MILENIO recorrió algunas de las colonias que formarán el nuevo municipio de avanzar la propuesta en el Congreso y allí recogió testimonios en lugares icónicos de la región como el asentamiento conocido como Cartolandia, que recientemente saltó a la fama tras viralizarse en internet una fotografía de las instalaciones de la multinacional Amazon y las casas de cartón que conviven a un lado de las instalaciones en dicho lugar.
“No pues, no estamos de acuerdo ahorita como estamos, en la actualidad que estamos, no quisiéramos hacer nada de movimientos en nuestras colonias”, dijo Cristina Ponce Rodríguez, en una entrevista realizada precisamente a un lado del edificio de la empresa estadunidense donde ella mantiene una casa construida en medio de la precariedad.
También en la zona, Lidia Dávalos, otra de las vecinas de Cartonlandia, dio fe de las carencias que se viven en la zona: “Hay mucha gente que todavía no tiene luz, no tiene agua, muchos les pasamos a otros y así”.
“La neta no, o sea, también pertenecemos a Tijuana, queramos o no, pertenecemos aquí a Tijuana”, dijo tajante José Albiro Verduzco que lleva más de 30 años viviendo en la zona este de la ciudad.
Otros vecinos, como Jorge Gonzáles Velasco, lo que quieren es que regrese la seguridad a sus colonias, por lo que de ser el camino para lograrlo, están dispuestos a apoyar la iniciativa de convertirse, en el papel, en una nueva ciudad, la cual, aún no tiene propuestas formales para elegir un nombre que la distinga de Tijuana.
“Que haya paz y que haya armonía, que haya amistades, que esté uno libre. Salir en cualquier momento como en el (año) 85 o 90 que no había violencia, ya tiene miedo uno. Teme, ya no por uno, por los hijos, por los nietos”, dijo.
Mientras que algunos más como Marco Antonio Cuevas, aportan una serie de razones distintas, más bien de corte administrativo, para apoyar la creación de la Nueva Tijuana, como se le llama informalmente a la idea: “conocemos la iniciativa y yo digo que estaría muy bien porque ya Tijuana está muy grande, demasiado grande”.
DMZ