En víspera de la Navidad, niños migrantes y quienes viven en orfanatos recibieron la visita de Santa Cop, un policía vestido de Santa Claus con peculiar traje azul.
Llegó del 'Polo Norte' en su grandioso trineo: una patrulla con luces estroboscópicas.
Recorre de norte a sur y de este a oeste la fronteriza Tijuana, no hay rincón al que no acuda para llevar un momento de alegría a los menores.
No viaja con un reno, sino con compañeros policías que lo trasladan por los albergues, como Juventud 2000, ubicado en la Zona Norte, a unos cien metros del muro fronterizo con Estados Unidos.
Mientras en una caja de cartón acomodan paquetes de galletas para repartir, José María García, director de este refugio, pide a los padres reunir a sus hijos para darles una sorpresa.
De pronto aparece el hombre de pelo y barba blanca con su traje azul gritando "¡jo, jo, jo!".
Los niños se le acercan y Santa Cop, les pide hacer una fila y formarse por estaturas.
Les reparte galletas y golosinas a los niños que llevan meses o años varados en esta frontera, quienes al igual que sus padres, esperan tener la oportunidad de que el gobierno de Estados Unidos autorice que ya puedan solicitar asilo para vivir en esa nación.
Son familias de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, pero también hay mexicanos expulsados por la violencia que ejerce la delincuencia organizada, principalmente en Michoacán.
Karina lleva siete meses de espera en este refugio. Nada la desanima y menos piensa en volver a su país.
“No sabemos cuánto tiempo seguirá el Título 42, pero le vamos a seguir pidiendo a Dios porque seamos muchos los beneficiados porque son muchas las necesidades”, expresó la salvadoreña.
¿Quién es Santa Cop?
“Lo que buscamos es llevar alegría, una esperanza a los niños de estos lugares, que vean que no están solos”, expresó Santa Cop, representado por Ricardo Acevedo Pérez, agente de la Policía Municipal de Tijuana desde hace 20 años.
Hoy está adscrito al área de Prevención del Delito y decidió junto con sus compañeros, como en otros años, ir a los refugios para convivir con los menores, aunque él tiene apenas dos años representando al Santa Azul como le llaman algunos niños.
Ahí, junto a un árbol de navidad, adornados con luces de temporada y esferas, un niño le preguntó por qué no usa su traje rojo y Santa Cop respondió que es porqué es el Santa Claus de la Policía de Tijuana, que usa uniforme azul marino.
Otro niño, de no más de cuatro años, le preguntó por los regalos. El oficial le explicó que llegarán la noche de la Navidad, pero por mientras podrá comer galletas.
Desde hace casi tres años, hay familias de Centroamérica que, junto con sus pequeños hijos, esperan la eliminación del Título 42, aplicado por Estados Unidos por la emergencia sanitaria del covid-19, el cual restringe puedan ingresar a solicitar asilo.
Como parte de la campaña ‘Diciembre Seguro’, Santa Cop decidió dar pláticas a los niños sobre cómo cuidarse al momento de subir a un automóvil.
A una veintena de infantes que viven en el orfanato Casa de La Esperanza, les recomendó siempre usar el cinturón de seguridad decir ‘shuift’ al momento de ponérselo para hacerlo más divertido.
Acevedo Pérez no utiliza una pistola como arma, sino su campana para dar el aviso de que algo nuevo pasará.
En el salón de usos múltiples del orfanato, Santa Cop cuenta a los niños que un día un Tomatito decidió salirse de su hogar corriendo, cuando su mamá Tomate le decía que siempre debía hacerlo por zonas permitidas, al buscarlo porque no regresaba, terminó encontrándolo embarrado en el pavimento.
—¿Qué pasó, Tomatito?
—Ya no soy Tomatito, respondió.
—¿Ahora qué eres, Tomatito, ahora qué eres?
—"¡Ahora soy cátsup!.. Jo jo jo jo”, lanzó Santa Cop y al unísono todos los menores rieron.
Después les expuso la necesidad de hacer caso a los consejos de sus padres o tutores.
“Ellos piensan que es Santa Claus”, describió Jocelyn Hernández, voluntaria del orfanato, de donde egresó hace unos años.
“¡No van a ver que es un policía vestido de Santa Claus! Ellos ven el amor y cómo vienen los policías a convivir aquí con los niños”, expuso.
Además, dijo, con acciones como esta cambia la percepción que tienen de los policías, pues siempre los ven como enojados y aquí no es así.
Como en cada visita, los niños aprovecharon para tomarse fotografías con Santa Cop, quien después de pasar un rato con los niños migrantes partió a sus oficinas del Polo Norte en la Secretaría de Seguridad Ciudadana Municipal.
JLMR