Domingo Yahuitl Pérez, albañil de oficio, construyó en el jardín de su casa ubicada en el municipio de Santa Inés Zacatelco, Tlaxcala, un altar en el que plasmó la Basílica y de la Villa de Guadalupe, así como del Cerro del Tepeyac donde se le apareció la Virgen Morena a Juan Diego, sitios ubicados al norte de Ciudad de México.
“Se me ocurrió una vez platicando con mis hijas y una de ellas me dijo: ‘Papá habrías de hacer una capillita’. Yo me imaginé una capilla cualquiera, pero se me prendió el foco y me imaginé a la Villita todo en pequeño y ahí empezamos a hacerla y ahora ahí está con todas sus capillas, fuentes y todo lo que tiene, el Cristo Rey, todo, pero en pequeño”, explicó.
Todos estos elementos fueron fabricados con materiales de la construcción, sólo que a escala. Para ello, el alarife se basó en su experiencia visitando el santuario, pues en su juventud acudió a muchas peregrinaciones; y con las fotos que él fue tomando a través del tiempo se fue apoyando.
Esto aunado a su experiencia laboral, le permitió replicar con una gran similitud el inmueble religioso, el cual tiene una forma circular, que según su autor, Pedro Ramírez Vázquez, representaba el manto de la virgen o una carpa en el desierto, según la versión del hijo del arquitecto ya fallecido.
Fue a partir del año 1998 cuando el trabajador del ramo de la construcción comenzó a elaborar la maqueta en la que plasmó la obra creación del citado arquitecto mexicano, considerado el templo católico más importante de México.
Asimismo, reprodujo a la antigua basílica, conocida como Templo Expiatorio a Cristo Rey, construido entre 1531 y 1709, y consagrada como basílica el 1 de mayo de 1709. Esta obra fue creación de Pedro de Arrieta.
La tarea le tomó 17 años, pero aclaró que esto se debió a que la fue realizando en sus ratos libres. “De dinero no se llevó mucho, lo que se lleva es tiempo para (hacer) todos los detallitos (…) si junto los ratitos creo que nos llevó dos años”.
Indicó que lo que más trabajo le costó realizar fueron la estructura redonda de la Basílica, las torres del Templo Expiatorio a Cristo Rey y las fuentes, especialmente la instalación de la bomba para distribuir el agua porque son cinco fuentes.
“Pero creo que todo porque son detallitos (que requirieron atención), pero con que ahora me digan: ‘Qué bonito’, da una gran satisfacción y vale la pena”.
La forma del templo mariano obedece a un aspecto práctico y constructivo, además de funcional. El mástil que da forma al altar principal es el sostén de la estructura, como un gran pilón hundido con pilotes de control para evitar su hundimiento.
Del mástil se sostiene una serie de cubiertas colgantes metálicas, que al llegar a la circunferencia exterior permiten que la cimentación sea menos profunda gracias a que cargan menos peso. Esto permite que la estructura no se hunda.
La basílica, fue construida entre 1974 y 1976, su forma radial permite una isóptica en dirección a la imagen de la virgen desde cualquiera de los siete accesos.
Don Domingo se considera un fiel devoto, además de agradecido por los múltiples milagros que la virgen le ha realizado, lo que le hizo emprender la tarea de hacer la réplica del Santuario Guadalupano.
Contó que hace un tiempo se realizaban misas en su casa para bendecir las imágenes de la virgen, lo que acrecentó su deseo de culminar su obra. Lo que finalmente consiguió hace poco más de dos años.
Apuntó que aunque en un principio la fabricación del templo dedicado a la Virgen del Tepeyac sólo tenía como propósito cumplir un deseo de su creencia católica, con el tiempo se transformó en un sentimiento que quiso compartir con la gente por lo que ahora acepta en su domicilio a cada persona que desea ver su obra y contar su experiencia construyéndola.
“Cuando la terminé se le invitó a la gente a conocerla y han estado viniendo y el año pasado para celebrar el 12 de diciembre sí se presentaron para cantarle Las Mañanitas. Fueron poco más de 50 personas, ahora espero que lleguen más”.
Refirió que lo que más les llama la atención a los visitantes es cómo se puede apreciar la precisión en cuanto a las fuentes de agua y el sistema de iluminación eléctrica.
Finalmente, dijo que el último elemento que le instaló fue la imagen del Cristo Rey. “Cuando iba no lo tenía, ya después vi que lo pusieron, así que me di a la tarea de buscarlo y ahí ya está”.
CHM