Un grupo de mujeres laguneras forman parte de una fundación que brinda refugio a mujeres que han sido víctimas de violencia y que son arropadas como parte de una familia con todo y sus hijos, sitio donde reciben atención y herramientas de empoderamiento, se trata de “Cambiando vidas, cambiando mentes”.
Gisela fue la encargada de abrir este espacio para familias que vivan un proceso traumático por ser violentadas física y psicológicamente, principalmente por sus cónyuges.
Compartió en entrevista en el programa En Directo, con Marcela Moreno, que todo inició cuando empezó a colaborar en refugios que recibían y atendían a las víctimas.
Resaltó que además de apoyarlas con el empoderamiento mediante talleres para aprender un oficio, en 'Cambiando vidas, cambiando mentes', los hijos también reciben atención psicológica y clases escolares, para que en determinado momento puedan ser canalizados a una institución educativa y que continúen sus estudios.
“Iniciamos en enero del 2020 y durante ese año recibimos a 15 familias y les dimos el proceso de empoderamiento. Se les da atención jurídica y psicológica, además de brindar talleres ocupacionales. Se les apoya en su inserción al mundo laboral con herramientas para poner un negocio o bien ser canalizadas a una empresa”, compartió.
Empatía, solidaridad y sororidad son algunos valores que reflejan la acción de Gisela y su equipo de trabajo, quienes aun cuando tiene sus ocupaciones y hay infinidad de necesidades por cubrir, no dudan en brindar algo más que la mano amiga para ser el apoyo de quienes más lo necesitan.
Ana, integrante del refugio y encargada del área administrativa, señaló en el estudio que son muchas las necesidades, pero son más las ganas de ayudar a su mismo género, pues ha sido testigo de historias desgarradoras que dejan en las víctimas cicatrices en mayor parte, internas.
“Hubo un caso de una mujer que venía directo de un hospital y estaba toda marcada, pero lejos de esas marcas físicas están los daños internos como consecuencia de la violencia. Hay que empezar todo de nuevo”, compartió.
¿Qué te deja como mujer, apoyar a otras mujeres?
“Primero una satisfacción muy grande y agradecimiento porque estamos bien. Me deja las ganas de seguir apoyando porque hay muchas mujeres que no saben que están viviendo violencia y además no saben a donde acudir, incluso la normalizan. Es por eso que es muy importante para mí y deseo seguir apoyando a estas mujeres”, añadió Ana.
La directora de la fundación resaltó que “entre su objetivo como agrupación es prevenir la violencia para no llegar al punto de buscar un refugio porque tu vida corre peligro”, por lo que tienen proyectado salir a campo para ofrecer campañas preventivas e informativas.
Dado a que al ser parte de un refugio de mujeres violentadas, puede que existan personas que busquen detener su labor y que incluso pueden ser víctimas de ataques o agresiones, cuentan con protocolos de seguridad para que los datos de los integrantes de la fundación, así como la ubicación del refugio, sean manejados con prudencia.
¿Cuánto recurso se requiere para mantener un refugio?
“Son muchos gastos, porque desde que ingresa una mujer con sus hijos hay que comprar desde ropa, calzado y estudios de salud si son necesarios. Vienen los gastos como el alimento porque diariamente hay que comprar huevo y leche. En nuestra familia cuánto se gasta, imagínense nosotros que atendemos de cinco a siete familias”, dijo Gisele, sin contar el material de las clases y talleres.
Para las personas e instituciones que deseen apoyar al refugio pueden mandar un mensaje de texto a la página de Facebook “Cambiando vidas, cambiando mentes”, fundación que requiere apoyo en efectivo y en especie como ropa, medicamento o artículos de higiene personal.
EGO