Cada año, el primero de octubre se conmemora el Día Mundial del Hábitat, fecha establecida por las Naciones Unidas en 1985, con el fin de reflexionar acerca del estado y los aspectos a mejorar de nuestros poblados, tanto rurales como urbanos.
Con el objetivo de encaminar esta mejora a la adaptación climática de nuestro hábitat, es que el tema del Día Mundial del Hábitat 2021 es acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono.
En aras de reducir la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) y limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados, es que se han firmado acuerdos internacionales como el Acuerdo de París (2015), el cual establece que las emisiones de CO2 y otros GEI, a nivel mundial, deben disminuir un 45% para el año 2030, y la meta para 2050 es cero emisiones.
El compromiso de México es reducir entre un 25% y 40% sus emisiones para 2030. Las ciudades juegan un papel importante en las emisiones de carbono, debido a que actualmente, según el Banco Mundial, es en las ciudades en donde se alberga más de la mitad de la población y donde se genera 80% del PIB mundial.
Según ONU Hábitat, las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del mundo, por lo tanto, promover la reducción de emisiones desde el ámbito urbano, nos asegura la reducción de la mayor fuente de emisiones. Las principales fuentes emisoras en el entorno urbano corresponden a: el transporte, los edificios, la producción de energía y los residuos sólidos. Uno de los principales retos para las ciudades es el de ofrecer a través de su planificación; estrategias y políticas encaminadas a reducir su huella de carbono, iniciando por limitar su expansión.
Una ciudad compacta facilita la oferta de infraestructura a su población, así como favorecer un manejo más eficiente de los servicios públicos y a disminuir el consumo de energía.
Aumentan autos y bajan áreas verdes
En Torreón, durante los últimos 30 años se ha dado un crecimiento acelerado, la población ha aumentado un 57% mientras que la mancha urbana ha logrado duplicarse, cuando la relación recomendada por ONU Hábitat es de 1:1. Teniendo como resultado una ciudad dispersa, que dificulta la eficiencia urbana.
Este modelo disperso a propiciado, por ejemplo, el aumento en la tasa de motorización. En el municipio, del año 2015 al 2020 el número de vehículos pasó de 210 por cada mil habitantes a 286. A nivel metropolitano se estima que para 2030 uno de cada dos habitantes realice sus traslados en automóvil particular.
De igual manera, el crecimiento acelerado nos ha llevado a una baja oferta de áreas verdes, zonas que se caracterizan por reducir el carbono en las ciudades.
A nivel municipal contamos actualmente con 4 m2 de área verde por habitante, cuando el estándar global según ONU Hábitat es de 15 m2 por habitante. Para reducir la huella de carbono de Torreón es necesario generar instrumentos que ofrezcan soluciones encaminadas a retener el crecimiento de la mancha urbana y que fomenten la densificación de nuestra ciudad.
Así como políticas que mejoren la oferta de medios alternativos de transporte, como el transporte público, y el uso de medios no motorizados como la bicicleta y andar a pie.
De igual manera, establecer estrategias para aumentar la presencia de vegetación y áreas verdes en nuestro municipio, las cuales ofrecen no solo servicios ambientales para la reducción de carbono, si no también son áreas de compensación que ayudan a mitigar los efectos inevitables del cambio climático.
aarp