'Dalaris', el albergue de Torreón que nació por gratitud a los adultos mayores

Actualmente viven ahí once personas, son constantemente monitoreados por un médico voluntario, se les brinda la comida y productos necesarios, pero sobre todo la atención y compañía que antes no podían recibir de su familia.

Karla Rocha abrió las puertas de su casa y creó un albergue para adultos mayores llamándolo 'Dalaris'. | Especial
Eunice Muñoz
Torreón, Coahuila /

Karla Rocha es una lagunera que se prometió abrir una casa para cuidar de adultos mayores luego de ser ayudada por ellos. La mujer abrió las puertas de su casa en la colonia Zaragoza Sur al suroriente de Torreón, nombró al asilo “Dalaris”, y actualmente cuenta con once personas que viven ahí, son constantemente monitoreados por un médico voluntario, se les brinda la comida y productos necesarios, pero sobre todo la atención y compañía que antes no podían recibir de su familia. 

La vivienda cuenta con cuatro habitaciones, pero ya están trabajando para extenderse y ofrecerles un mejor lugar a quienes residen en dicho domicilio y a las personas que aún quedan por ayudar. 

Un sueño que nació por gratitud

El sueño de Karla nació hace 20 años cuando se quedó sola con su dos hijos en la calle, no tenía lugar a donde ir y decidió ir a la colonia Torreón Jardín en donde pedía trabajo en las casas limpiando, sin embargo, una tarde que comenzó a llover y no sabía cómo resguardarse junto a sus hijos fue vista por una pareja de adultos mayores quienes le ofrecieron asilo durante algunos días. 

“Yo me iba a barrer calles a Torreón Jardín y me iba con mis hijos, un día me agarró la lluvia muy fuerte y venía caminando con ellos, una pareja de viejitos me vio y la señora me habló, me preguntó que a donde íbamos y cuando le dije que no sabía y me vio llorar me abrió las puertas de su hogar y esa noche yo le dije a Dios llorando que el día que él me ayudara con trabajo y una casa yo iba a hacer un albergue para personas de la tercera edad”. 

Fue a partir de ese momento que Karla deseo poder ayudar a las personas de la tercera edad, ella siguió trabajando y sus hijos crecieron, pero jamás olvidó la promesa que hizo. 

Aunque no en un asilo, ella ya ayudaba a personas que se encontraban en situación de calle, les ofrecía la ayuda y les permitía quedarse en su casa, hasta que el mes de abril durante una temporada de lluvia otra persona la buscó ya que estaban resguardando a varias personas y el lugar en donde estaban comenzaba a inundarse.

La mujer explicó que un mes antes había pedido su casa que tenía en renta y vio la oportunidad para poder ingresarlos ahí, fue a partir de ese momento que más personas comenzaron a llegar:

 “Alguien me habló y me dijo que en donde estaban se había inundado y no tenían donde llevar a la gente, yo les dije que sí que trajeran a las personas y así lo hicieron, aquí duraron entre dos a tres días y en ese momento decido que ya es tiempo de hacer el albergue, lo platique con mi esposo y él me apoyó, empezamos a limpiar, pintar, saque un préstamo para arreglar la casa”.

Solicitudes de ayuda

Tiempo después y a través de redes sociales llegaron las solicitudes de ayuda, y aunque Karla se encontraba sola en ese momento, pidió ayuda a varios amigos para trasladar a una persona: 

“Me dicen que ellos me acompañan, me fui a la central camionera y vemos a dos personas en la calle, ahí encontramos al señor Enrique y Juan, yo me acercó con ellos les platico del proyecto y ellos inmediatamente me dicen que se van conmigo, el señor Enrique me platicó que acababa de pedirle a Dios un hogar e inmediatamente llegamos nosotros”, platicó Karla. 

El lugar es completamente gratuito pero aunque reciben donativos y utilizan los recursos económicos que proporciona Karla, la necesidad los ha alcanzado y vieron necesario tramitar el apoyo económico que el gobierno federal ofrece a los adultos mayores, es con eso que pueden costear las medicinas y los productos de higiene que tanto se necesitan como los pañales para adulto, el papel de baño y jabones. 

“Yo trabajo, mi negocio y también con el apoyo de la gente que viene a dejar su granito de arena, también estoy agradecida con la gente que ya hasta me ha donado material… si son muchos gastos y hemos tenido personas internadas y aunque sea el Hospital General hay que pagar, comprar el medicamento y hemos gastado pero vale la pena”, añadió. 

"Existe el amor, la humanidad"

Una de las historias que más conmueve a Karla es la del señor Rosendo, un hombre que todos los días a todas horas se encontraba en la Alianza en su silla de ruedas, no podía ir al baño por su propia cuenta y comía lo que le regalaban, un día que estaba lloviendo se movieron en su camioneta y fueron por él para llevarlo al asilo, fue un proceso de curaciones pero también de explicarle a Rosendo que merecía tener un lugar donde vivir, y aunque su preocupación era ver a su nieta, finalmente pudieron contactarla y actualmente recibe visitas constantes. 

“Así nos lo trajimos, lo bañaron, su piel estaba muy lastimada debido a la condición en la que estaba, ahora es una persona completamente diferente, son historias tristes pero para mi son experiencias importantes porque me hacen aprender día con día que sí existe el amor, la humanidad y me doy cuenta que ellos forman parte de mi familia”. 

Ahora su principal preocupación es techar el patio para que durante el invierno no pasen frío, siempre se requieren los productos de higiene y otra de las tareas que le quedan por hacer, es constituir el asilo Dalaris como una Asociación Civil, por lo que pidió la ayuda a los que deseen apoyar con asesoría legal o bien, con donativos.

¿Cómo ayudar?

El lugar se encuentra ubicado en la calle Del Esclavo #2973, Zaragoza Sur, Torreón, Coahuila, o se pueden poner en contacto con Karla a través de su teléfono 8713530961.

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