Activistas, defensores de derechos humanos, así como religiosas y sacerdotes que trabajan para brindar atención humanitaria ante la enorme migración que se registra desde países sudamericanos, se reunieron este miércoles en las instalaciones de la 6 para compartir sus experiencias y buscar respuestas comunes ante el fenómeno migratorio.
Con el lema “En este mundo todos y todas somos migrantes” inició la reunión anual de la Red Zona Norte de Casas, Albergues y Comedores para Migrantes que concluirá el próximo 2 de diciembre con la participación de activistas y defensores provenientes de Baja California, Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y otras regiones del país, así como de las cinco regiones de Coahuila.
En conferencia de prensa se estableció que este es el encuentro que anualmente realiza la Red de Casas del Migrante y Centros de Derechos Humanos de la Zona Norte, donde sus integrantes se encuentran para crear un espacio de reflexión y fortalecimiento de sus capacidades, para compartir los retos que se enfrentan cada año a través de las experiencias comunitarias y capacitaciones.
“En las últimas fechas las casas del migrante, los espacios humanitarios, los centros de derechos humanos hemos tenido muchos retos y tenemos que diversificar nuestros saberes en protección de niñas, niños y adolescentes; en casos de mujeres sobrevivientes de violencia de género, atendiendo a personas que no hablan la lengua del Español. Enfrentamos muchos retos y este es un espacio para hacernos fuertes juntas y juntos”, dijo Blanca Navarrete directora de Derechos Humanos Integrales en Acción (DHIA).
En México lo que se percibe al momento es una diversificación de los flujos migratorios en la frontera norte y como ejemplo se citó que en años anteriores no se percibía la población haitiana que ahora es notablemente visible, en tanto que ahora la movilización humana se realiza desde Venezuela, y también desde Ucrania, que suman núcleos de refugiados que buscan la protección internacional en los Estados Unidos.
Se detalló que las movilizaciones oscilan en cada ciudad fronteriza y aunque las casas y albergues reflejan una parte de esta movilización masiva, se sabe que algunas personas se juntan para alquilar cuartos o se encuentran en situación de calle.
Asimismo, se informó que en la ciudad de Torreón durante el último mes cuatro migrantes fueron detenidos por policías estatales. Concepción Martínez Rodríguez, coordinadora del Centro de Día para Migrantes Jesús Torres Fraire, estableció que el pasado 5 de noviembre ocurrió la primera agresión y la segunda el día 23.
“Desafortunadamente es algo muy común, la violación a los derechos humanos en las personas más vulnerables que en este caso son los migrantes, y sigue habiendo. Estos dos incidentes ocurrieron en el Centro de Día para Migrantes pero sabemos que en los alrededores siguen pasando y quizá hasta diario. Desafortunadamente no hay la manera de documentarlos todos pero sabemos que es así y es algo común”.
Por estos y otros hechos, Martínez Rodríguez confirmó que se han interpuesto quejas ante la oficina de la Segunda Visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, en contra de agentes policíacos municipales y dependientes del gobierno estatal, sumando casi 30 quejas contra los funcionarios.
En este encuentro participaron integrantes de la Red de Casas y Centros de Derechos Humanos de Migrantes, la Ibero Torreón, el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI Torreón) y el Centro para Migrantes Jesús Torres Fraire, entre otras asociaciones y colectivos.
Los defensores coincidieron que ante la falta de un apoyo gubernamental para enfrentar esta crisis humanitaria, se solicita a la población tenderle la mano a las personas que migran por múltiples razones de sus países o incluso de diversas zonas mexicanas ante la violencia que se expresa en la actuación de los cárteles de la droga.
Lo que se pide básicamente son productos de primera necesidad como ropa abrigadora y calzado para hombres, mujeres y niños, alimentos no perecederos, medicamentos e insumos de curación, así como la colaboración en las tareas humanitarias pues aunque el esfuerzo es loable, no existen suficientes manos para atender a las personas que se internan en múltiples estados mexicanos con carencias de todo tipo, requiriendo además atenciones psicológicas, médicas y legales.
EGO