Durante la tarde de este domingo familiares e hijos del doctor Manuel Terán Lira, anunciaron su deceso en la ciudad de Torreón. Su muerte, de causas naturales, ocurrió al filo de las 16:00 horas del sábado pasado.
La familia informó que el cuerpo será despedido con una misa en la iglesia del Perpetuo Socorro a las 18:30 horas, con puertas abiertas para quienes deseen despedirlo.
Gina Terán, hija del médico y comunicador, le agradeció públicamente el legado que dejó, así como el aprendizaje, amor y la experiencia de compartir la vida.
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Manuel Terán Lira nació en Torreón el primero de enero de 1939. Como joven se caracterizó por su natural inquietud para entender los sitios, por lo que se le conoció como un narrador natural. Su carrera profesional la realizó en la Ciudad de México en la Escuela Superior de Medicina, en el Instituto Politécnico Nacional y fue en la década de los setenta que obtuvo su título.
Destacó dentro de los medios de comunicación como editor de la Revista de la Revolución, siendo además colaborador de diarios como La Opinión Milenio, El Siglo de Torreón, El Porvenir, El Sol de Durango y Noticias del Sol de la Laguna, entre otros.
A Terán Lira se le conoció además como historiador, amante del periodo de la Revolución Mexicana.
Como promotor cultural, impulsó la creación en Torreón del primer Museo de la Revolución, primer museo que tuvo origen en una acción comunitaria en Torreón, ya que se logró al convocar a las donaciones realizadas por los ciudadanos desde la televisora local, hoy Canal 6 de Multimedios Torreón, donde además tuvo un espacio denominado Crónicas de La Laguna.
El resultado fue virtuoso, concretando el museo más pequeño de América Latina, hecho que se consagró como un récord Guinness.
Sin embargo, el local que ocupaba en la llamada Casa Colorada le fue solicitada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), por lo que el Gobierno del Estado, entonces encabezado por Humberto Moreira Valdés, anunció una inversión de un millón de pesos para la creación de un nuevo Museo de la Revolución en una antigua casona propiedad de Ramón Iriarte Maisterrena.
Al igual que su hija Gina, Mariana Terán, su nieta, también ofreció una despedida en sus redes sociales:
“¿Cómo empezar esta publicación sin que duela tanto? No queda más que agradecerte por ser un excelente abuelo, por ser una gran inspiración, por darnos nuestros dominguitos, llevarnos a dar el rol al museo y comprarnos juguetes, por leernos tus libros de Mi infancia en Torreón, por citarnos todos los sábados en la familia para comer botanita y pastel con nieve... Porque a pesar de ser figura pública nos traías en la calle todos los sábados y presumías nuestros dibujitos en la tele, porque me inspiraste a ser médico con todas tus historias. Siempre te voy a estar eternamente agradecida. Te amo mucho Doctor, hoy y siempre , y ‘Ámonos, que ya ensillaron y hasta en pelo se están yendo’. QEPD”.
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