Contrario a años anteriores, el panteón Jardines del Carmen ubicado en la colonia Santiago Ramírez, al sur de la ciudad de Torreón lució con poca gente este 1 de noviembre.
Algunas familias llegaron desde temprana hora a visitar a sus seres queridos, pues aseguran que el año pasado por la pandemia del covid-19 no pudieron estar presentes en esta fecha especial ya que los panteones se mantuvieron cerrados.
El acceso al cementerio se mantiene controlado, pues una de las puertas se habilitó sólo para entrada en donde se aplica gel antibacterial y se toma temperatura a los deudos, además de que se les exige el uso de cubrebocas.
Y aun y cuando en las restricciones del panteón que se mostraba en la entrada, se indicó que estaba prohibida la entrada a menores de 12 años, se pudo observar la presencia de algunos niños en el lugar.
Personal del panteón manifestó que fue el pasado domingo cuando se registró un mayor número de personas, quienes aprovecharon el fin de semana para visitar la tumba de sus seres queridos.
En el área que por años se delimitó debido a la afectación de algunas tumbas, se pudo apreciar familias quienes llegaron a dejar flores y estar un rato con sus seres queridos ya fallecidos.
María Isabel Hernández, acompañada de su familia, acudió a visitar a su nieto que falleció desde hace 10 años. Manifiesta que cada año asisten al panteón, pero debido a la pandemia del año pasado no pudieron estar presentes.
Al encontrarse en una zona que por mucho tiempo fue delimitada, señala que muchas personas le han dicho que su nieto ya no está sepultado ahí, sin embargo, asegura que la tumba no está dañada.
“Mucha gente nos dice que ya no está por ese problema que hubo, pero aquí no está derrumbado, hay otras áreas en las que sí están mal, pero aquí yo digo que no hay problema”.
Algunos adultos mayores en silla de ruedas, apoyados por sus familiares llegaron al panteón para pasar un rato con su ser querido, limpiar la tubas y colocar un ramo de flores.
Otras personas, procedentes de estados como Zacatecas, manifestaron que cada año y en alguna fecha especial acuden a visitar a su padre, quien se encuentra sepultado en este lugar.
Mencionan que en años anteriores no se les permitía la entrada a la zona afectada, pero buscaron la forma de poder estar con sus seres queridos, que en el caso particular la zona en donde se encuentra su familiar no resultó tan dañada, debido a que se encuentra en alto.
“Tenemos 10 años viniendo, pero sí dejamos sin venir el tiempo que no dejaban, pero ya después hasta nos brincabamos”.
En el recorridos que se hizo en la zona, que por mucho tiempo estuvo restringida, se pudo apreciar poca la gente que se encontraba en el lugar, mientras que en el resto de cementerio se encontraban algunas familias limpiando y colocando flores en las tumbas.
A las afueras del panteón, fueron pocos los comerciantes de flores y comida los que se instalaron, pues manifestaron que las autoridades otorgaron pocos permisos debido a la pandemia.
EGO