A Elida Morán Guel le da más miedo ir al súper que asistir a su trabajo, desde el 25 de marzo de 2020 está plantada en la primera línea de defensa ante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19, ese día recibió su primer paciente infectada y entendió que estaba frente a algo nunca visto.
A sus 32 años de edad concluyó dos especialidades: medicina de urgencias y terapia intensiva. Es parte del equipo de la Unidad Médica de Alta Especialidad número 71 del Seguro Social y del personal médico del Hospital Ángeles Torreón, es tan joven que se confunde con los residentes a los que da cátedra en el IMSS.
Elida Morán es parte de los equipos de terapia intensiva que se despliegan a nivel nacional para hacer frente a la emergencia sanitaria y suma más de 100 días en contacto directo con pacientes afectados por el coronavirus.
¿Cómo cambió su vida el covid-19?
Yo vivía con mi niña, ella tiene dos años, pero la tuve que dejar en casa de mis papás y la veo cada 15 días después de que nos hacen pruebas en el hospital, somos ella y yo contra el mundo.
Soy divorciada, pero el papá de mi niña también es médico, también está aislado y lejos. Mi hija mientras no se acuerda anda feliz, pero cuando me ve, llora, no quiere que la suelte, me abraza y me quiere dar besos, pero no la puedo besar. La siento aprensiva.
Mis papás son ya grandes, están aislados y a ellos les da energía tener a la niña en casa.
¿Qué piensa cuando escucha a personas que no creen en la pandemia?
Las primeras ocasiones me daba mucho coraje, pensaba en cómo era posible que yo tuviera que dejar de ver a mi familia, a mi niña chiquita, y que la gente anduviera como si nada en la calle. Ahorita lo que me da es tristeza, porque esa gente puede contagiar en cualquier lugar, no tanto en el hospital.
De hecho tengo más miedo de ir al súper que de venir a trabajar, porque aquí estamos tomando todas las medidas de seguridad. Yo le digo a la gente: no puede ser que yo esté viendo pacientes desde el 25 de marzo y tú te contagies en el súper, eso quiere decir que no estás tomando las mediadas adecuadas.
Siento que muchas veces es descuido de las personas y me da miedo contagiarme por el descuido de alguien más. He visto compañeros médicos que se mueren, en realidad se mueren médicos que están en la línea de defensa y tanta gente que no cree, que le vale, que anda como si nada haciendo fiestas.
¿Cuántos médicos han visto morir?
Ya son cuatro médicos que nos ha tocado ver su partida, directamente me tocó ver morir a dos y otros dos fallecieron en otros turnos. Uno el día de hoy.
¿No le da miedo?
Sí, yo todos los días tengo miedo. Yo no estudié medicina para estar en medio de una pandemia, para ver gente morirse todos los días. Pero sé que si tengo miedo puedo cometer errores y esos errores me van a infectar, cuando empiezo a sentir miedo pienso en mi niña, en mis papás y me digo que yo no puedo tener miedo, que me tengo que cuidar el triple.
¿Somos conscientes de la gravedad del virus?
Lamentablemente veo que pasan los días y la sociedad ha relajado mucho las medidas de contingencia. En cuanto abrieron los centros comerciales se saturaron los hospitales, al principio teníamos 2 casos en terapia intensiva, 3 o 4 casos en piso, eran muy pocos los que atendía. Pero en cuanto los negocios abren empiezan las oleadas de pacientes, a las dos semanas del 10 de mayo se llenó el hospital. A mí el 10 de mayo me dio coraje porque yo salí de trabajar a las dos de la mañana, bueno ya era 11 de mayo, y las calles estaban llenas de gente.
Pensé no es posible que yo no estoy con mi niña, no estoy con mi mamá y esta gente ande festejando.
Me ha dicho con exactitud la fecha de su primer paciente covid-19 ¿por qué lo tiene tan presente?
Me di cuenta que no era algo a lo que estuviera acostumbrada. Me di cuenta que estábamos frente a una enfermedad nueva de la que no sabíamos nada y esa persona aparte de ser paciente era la hija de mis maestros, emocionalmente había una carga.
Falleció el 11 de mayo, fue muy duro porque su familia pidió apoyo en redes sociales para solventar gastos del hospital y yo leía comentarios de que ella se lo había ganado, que ella sola se había expuesto. Ella tenía su seguro de gastos médicos, pero ésta es una enfermedad muy cara, no hay un tratamiento específico pero el que usamos es caro, simplemente de puro tratamiento puede ser hasta medio millón de pesos, sin contar honorarios. La gente no lo valora que tiene un servicio médico, eso duele, la salud es cara.
¿Los médicos están cansados?
Yo en lo personal me siento harta. No puede ser que esto no se acabe, no se ve para cuando termine y la gente siga igual. Cada vez se reactivan más segmentos económicos.
¿Qué cruza por su mente?
Sálvese quien pueda. Siento que en cuanto abra todo el país va empezar una ola de contagios y no habrá espacio en el hospital, aunque no hemos llegado al punto de la Ciudad de México para allá vamos, se empieza a ver un aumento de casos en los hospitales.
¿Por qué no renunciar a la lucha?
Porque yo quiero salvar al mundo. Con que salvemos una sola vida, salvamos el mundo de toda una familia y a mí me gustaría que si yo lo necesito, alguien más hiciera lo mismo por mí. Yo creo que somos más las personas buenas que las inconscientes que andan por ahí y si hacemos cada quien algo vamos a poder con esto. Es algo muy triste porque yo no me imaginé que iba ver morir gente, todos los días se muere alguien, todos los días.
Quizá es alguien que yo no conozco, pero es un hermano, un papá... mucha gente no se cuida porque dice no conozco a nadie que le haya tocado. Pero no hay que ser egoístas es momento de sacar lo mejor de todos. Entiendo que se debe abrir el comercio porque hay gente vive de eso, entonces o te mueres de covid o te mueres de hambre, pero si actuamos con conciencia podemos ayudar a quienes se quedaron sin trabajo, es momento de ayudarnos unos a otros.
EGO