En Torreón, mujer vende plantas para llevar el sustento a su casa

Sentada justo fuera del Casino de La Laguna y frente a la Plaza de Armas, María de los Ángeles ofrece sus plantas cargadas de flores a partir de las 10 de la mañana.

María de los Ángeles dijo que se necesita que todas las personas se echen ánimo para salir adelante. (Lilia Ovalle)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila. /

Sentada en la banqueta de la avenida Juárez, justo fuera del Casino de La Laguna y frente a la Plaza de Armas, María de los Ángeles ofrece sus plantas cargadas de flores a partir de las 10 de la mañana. Ha sido un día lento pues faltando cinco minutos para que el reloj suene anunciando la una de la tarde, ella vende una maceta por la cual su cliente le extiende 70 pesos.

“La venta está bien baja, no hay nadie, ahorita apenas se fue una plantita, ¿a qué hora? Ya es bien tarde porque yo me pongo aquí a las diez y ya casi es la una. Nomás se llevó una la señora y le costó 70 pesos, de lo perdido lo hallado, dicen, pos sí, pero no hay nada”.

Con macetas llenas de flores, las que más le gustan son las margaritas, aunque también tiene las teresitas, sin descartar las verdes para interior de domicilio como la cebra, el palo de Brasil o la planta que dicen que es para llamar a la abundancia. Una aparentemente discreta es la citronella, que ayuda con su olor a espantar a los mosquitos.

“La citronella cuesta cincuenta pesos, esas son de las más baratas junto con las suculentas, ya no tengo más chiquitas. A veces se vende de todo, desde los rosales, teresitas, geranios, nosotros la mera verdad ya tenemos ocho años aquí”, refiere la mujer que lleva por apellidos Ángel de Jesús.

María de los Ángeles ve que se acercan a su puesto un par de jovencitas y cruza los dedos aunque sabe que los muchachos muchas veces sólo miran y no compran porque sencillamente no traen dinero más que para comprarse un vasito de elote o un refresco, y guardan unos pesos para el autobús.

“Yo vivo aquí cerca, atrás del museo, y la mera verdad me cobran bien cara la renta, mil 500 el mes y aparte el agua y aparte la luz. Vivo por el bulevar Revolución con mi esposo y mi hijo, tiene doce años”, dice sonriente porque el piloncito le alcanzó con mucha ternura, misma que aplica para vender sus macetas cargadas de vida y buena vibra.

Y mientras esperaba a sus clientes, dijo, se necesita que todas las personas se echen ánimo para salir adelante en medio de la crisis sanitaria y saquen a flote los gastos de sus casas y sobre todo, los sueños de sus hijos.

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