Las familias de escasos recursos atraviesan por momentos de crisis económica muy difíciles en tanto los jefes de familia se ven limitados a trabajar dentro de lo que se denomina comercio informal.
Es el caso de Alicia Cortés, quien ayer tuvo que pedir dinero prestado para poder dar de comer a sus hijos, sus padres y los padres de su esposo.
Este ejemplo se multiplica en Torreón entre los artesanos oaxaqueños que migran de sus comunidades para buscar mejores oportunidades de vida.
Sin embargo, Alicia apunta que un supervisor municipal de la dirección de Plazas y Mercados le dio el ultimátum para quitar su puesto de las calles Mónaco y Madrid, en San Isidro, donde intenta vender sus productos junto a su esposo Sergio Vega.
“Sale uno buscando ingresos y ahora no sabemos si por la pandemia podremos volver a nuestra tierra. Necesitamos ayuda de la gente porque la situación está muy difícil y queremos pedirles el favor de que nos echen la mano, estamos echándole ganas, estamos de jueves a domingo, sí estuviera toda la semana pero a veces estamos el martes y le miércoles y no llega nadie, a veces ni para el taxi me sale a veces”.
A sus veintitrés años es madre de Jesús que tiene seis años y de Dulce, pequeña de tres años. Su esposo tiene 28 y se dedica a pintar a mano coloridos sombreros pero también repara sillas de jardín que necesitan tapizados de plástico. El teléfono de Alicia es el 871 392 3150.
“Estamos en la colonia San Isidro desde las doce y media y me voy a mi casa hasta las ocho de la noche, sólo me acompaña mi esposo porque con esta situación de la pandemia no he podido sacar a mis hijos, lo que pasa es que nos da mucho miedo sacarlos, y me vengo a exponer a un peligro pero yo no tengo otro oficio, otro trabajo más que salir y buscar la vida”.
Así en la calle vende sombreros pintados a mano, bolsas, vestidos, blusas, cubrebocas bordados, huaraches, zapatos, hamacas, muñecas típicas de oaxaca, bisutería e incluso bolsas para el mandado que son reciclables, lavables.
“La bolsa para el mandado es la más grande y yo la daba en 550 pero ahora ya las estoy rematando porque las estoy dejando en 400 o lo que la gente considere que puede dar también pues. Mi esposo también arregla sillas, si la gente quiere ayudarnos puede comprarnos o puede hablarle para que les arregle las sillas”.
En una situación desesperada, Alicia dijo que ayer pidió prestado en la tiendita para poder comprar las tortillas y preparar una sopa de pasta para darle de comer a su familia.
“Lo que pasa es que hemos batallado mucho con los de Plazas y Mercados, han venido aquí muy prepotentemente a quererme gritar, más bien me han gritado que me quite de este lugar; me empezaron a decir muchas cosas, antes me pasó igual pero fui a que me dieran un permiso pero el jefe del sector no quiso, pero me vine aquí a recabar las firmas de los colonos y son los que me están respaldando.
“Aunque han querido quitarme mis cositas a pesar de la situación que estamos viviendo, quieren que pague un permiso y aunque ya fui no me lo quisieron dar y ahorita están viniendo a molestarme
Reiteró que es primordial que sean ayudados porque el alimento falta en una casa donde hay niños pequeños y personas adultas mayores que necesitan de los más jóvenes, destinados al trabajo en medio de la pandemia debido a que los otros necesitan de muchos cuidados.
“Nosotros quisiéramos regresar a nuestro pueblo, a nuestra tierra pues, andamos muy lejos, y ojalá y dios no quiera que nos pase algo pero si fuera así vamos a quedarnos fuera de nuestra tierra. Si la gente pudiera más que nada echarnos la mano comprándonos nuestra artesanía, a ver si por este medio nos escuchan y nos ayudan para poder juntar algo y regresarnos a refugiarnos en nuestro pueblo todos”.
CALE