De formación psicoanalítica, Ana Sofía Vázquez desde pequeña se interesó por la vida del teatro. Primero sus padres la llevaron a los talleres del Isauro Martínez y luego comenzó a estudiar actuación. No obstante, lo que más le atrajo fue la danza aérea, a la que le dedicó un largo tiempo. Su inquietud la llevó a habitar en la Ciudad de México, esa jungla de asfalto que permite expandir conocimientos y sentidos a cambio del sacrificio de transitar en medio de una danza que diariamente realizan millones de cuerpos ocupando el mismo espacio.
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Allí estudió literatura y dramaturgia en la UNAM y fue allí donde, con puntadas finas y toscas, todo con un propósito, confeccionó la puesta en escena El tejido de los sueños, misma que estrenó en el Teatro Julio Castillo con una temporada exitosa. De vuelta por Torreón y en entrevista con Milenio, explica el concepto escénico que presentará en el Teatro Nazas.
“Empecé a imaginar las posibilidades y como los personajes son muy etéreos, eso me remitió al circo; obviamente yo vengo también del circo, hice mi carrera en el teatro y siempre estuve haciendo danza aérea y por eso me dije que los actores también debían ser cirqueros. Personajes que se mueven diferente y se desplazan diferente porque son diferentes al resto de la sociedad”.
Con una atmósfera rara y exótica, Ana Sofía pensó en el circo para representar en el escenario los cuadros de Remedios Varo. Y la combinación resultó perfecta a través del vestuario, la música, el maquillaje y la mecánica teatral, trabajo de especialistas y artesanos.
“Es un proyecto hecho con mucho amor y esfuerzo; hubo mucha investigación detrás. A nivel personal, me sumergí en libros de Remedios, traté de ver todos sus cuadros y sumergirle en su vida para serle fiel porque no quiero que me venga a jalar las patas en la noche. Hubo mucha investigación para construir la escaleta y la dramaturgia”.
Ana Sofía Vázquez dijo que sin duda la pintora, a través de su obra y los elementos simbólicos, deja un testimonio de libertad creadora con un enorme poder femenino donde la mujer crea a pesar de los obstáculos impuestos por una sociedad patriarcal.
“La puesta en escena tiene capaz y este contenido, feminista, está presente y habrá quien lo lee y quienes no, pero al final se trata del surrealismo y son muchos símbolos, son muchas imágenes y cada quien podrá tomar lo que le vaya haciendo más sentido. La historia de las personas y su bagaje son importantes para recibir los mensajes porque hay poesía que realizó una de las actrices, Daniela Figueroa, y son voces que construyen atmósferas existenciales”.
DAED