Dentro de los compromisos que hubo durante la reunión, que se llevó a cabo en días pasados en Piedras Negras, Coahuila entre las autoridades de migración y del estado para buscar una solución a la crisis migratoria que se está viviendo en la zona del país, se implementó un fuerte dispositivo de vigilancia con el apoyo de perros policías entre los tres órdenes de gobierno, en los patios de Ferromex del municipio de Torreón, para evitar que los migrantes se suban a los vagones de tren.
Zoanhy Briceno de 33 años de edad es originaria de Venezuela, refiere que venía acompañada de su familia a bordo del tren, sin embargo al llegar a los patios de Ferromex tuvieron que descender de inmediato al verse perseguidos por las autoridades migratorias.
“El día de ayer nos tuvimos que salir corriendo, porque decían que venía migración desmontamos porque queremos irnos, y de ahí nos tuvimos que bajar con las mismas que nos montamos, y nos venimos para acá donde. Ha habido mucha vigilancia por parte de migración, muchos policías, nos toca esperar porque no tenemos recursos para poder avanzar ni en autobús, de ninguna manera tenemos forma cómo poder salir.”
Muere su hija en el camino
Esta joven refiere que salió de su país desde hace tres meses, acompañada de sus dos hijas ambas con un padecimiento cardíaco, y una postrada en una silla de ruedas, sin embargo al cruzar por la selva del Darién que divide Colombia y Panamá, una de sus hijas sufrió un paro respiratorio y falleció.
“Bueno nosotros veníamos caminando y mi otra hija hubo un momento que ya no aguanto más y ya no traía agua, hubo un momento que se me acabó, y la niña me decía: ¡mamá no me dejes morir, no me dejes morir! Y yo ya no podía más porque venía con las dos y sola, cuando la mire ella estaba como descompensada, yo la senté a ella arriesgándome que viniera un animal porque estábamos en una selva fue muy feo, muy duro. Yo buscaba darle respiración boca a coca, pero ya la tercera orinada de mi niña se le pulsaron los labios, se le pusieron morados y murió, y el cuerpo de mi hija la tuve que dejar ahí en la selva porque no había manera de poderla sacar.”
Esta madre venezolana asegura que continuara su camino para cruzar los Estados Unidos, ya que lo que espera es que su pequeña Joahna de 8 años de edad, pueda recibir la atención médica que necesita para que pueda caminar.
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