El regreso a clases inyectará capital en casi todos los negocios y entre los prestadores de servicios. Es lo que esperan los zapateros que ahora subsisten con las bolsas para dama y algunas zapatillas, pero que saben que podrán sacar a flote sus negocios con los zapatos escolares que las madres de familia les llevan para remendar.
Fernando Gregorio Gutiérrez Jacobo recuerda que su padre abrió la zapatería ubicada originalmente en la privada 5 de Mayo, en el corazón del Mercado Alianza, hace un cuarto de siglo atrás. Él era pequeño pero sabía que en algún momento le tocaría dirigir este comercio familiar que ha superado muchos obstáculos y el más reciente fue la pandemia que impuso inmovilidad y eso también se reflejó en los zapatos.
“Mi papá me enseñó a querer este trabajo. Con la pandemia ha sido difícil porque ha habido mucha baja de entradas de dinero a los negocios. Por ejemplo al pegarle a las escuelas, que es nuestro fuerte, el arreglar los zapatos de los niños, pues a nosotros nos afectó bastante. El que cerraran otros negocios a nosotros también nos ha afectado de igual manera”.
Cuando se refiere a negocios, este experto en calzado apunta a los pequeños colegios que al acatar la medida sanitaria vieron cómo migraron los estudiantes del sector privado al público, lo que incluso obligó a algunos a cerrar sus instalaciones de manera definitiva.
“Las entradas fuertes que teníamos eran los zapatos de los niños. Cuando entren a las escuelas ya no tendrán para comprar, entonces arreglaran sus zapatos. Aquí siguen trayendo zapatos, bolsas de dama, botas de caballero y tenis pero es a menor escala el trabajo, en porcentaje creo que sí bajó un 40 por ciento o hasta un 60 por ciento porque sí ha variado bastante dependiendo del tiempo o el mes en que vivimos la pandemia el año pasado".
“Gracias a dios que sí había bastantillo trabajo pero de una manera general yo creo que sí bajó un 60 por ciento. En el negocio nada más estoy yo y mi esposa, nosotros dos; gracias a dios ya no tenemos hijos chiquitos, están grandes, ya en la universidad y nos ha costado sacarlos adelante”.
Fernando Gregorio dijo que en casa todos tuvieron que diversificar las actividades remuneradas. Así su esposa llega un rato al taller de reparación de calzado y luego se va a su trabajo. Sus hijos también tuvieron que buscarse un empleo e incluso su hermano, quien le ayudaba en el taller, se fue buscando otro empleo.
“Primeramente dios vamos a ver un alza en la economía en todos lados, a nivel nacional y a nivel mundial de hecho. No sé cómo estén en otros países en cuanto a las escuelas pero por lo menos aquí en lo que es la Comarca Lagunera sí va a haber un alza de trabajos”.
EGO