Tras el regreso de Donald Trump al poder en los Estados Unidos, algunos migrantes que pernoctan en el refugio temporal del municipio de Torreón, Coahuila, ubicado en la iglesia Santiago Apóstol, han pensado regresar a su país de origen.
Tal es el caso del hondureño Oscar Alexander Murillo, de 22 años de edad, quien tras ser embestido por una moto hace cuatro meses en Tlaxcala, quedó varado ahora en la región laguna esperando recuperarse de su pierna.
“Pues regresarme a mi país, antes de que me regrese él, mejor me regreso solo y, pues, ya no me ficharían, mejor me voy solito y ya no sueño que ellos decidan”.
Lo de Oscar, como del resto de los migrantes en espera de cruzar la frontera con Estados Unidos, solo quedará en un sueño no cumplido, ya que por el accidente que sufrió desafortunadamente no logró cruzar el Río Bravo antes de las elecciones de la Unión Americana.
“Llegar y hacer algo, pues no tengo a nadie, aquí soy huérfano. Quería cruzar para un trabajo, comprar un terrenito para hacer una casa en mi país, que es Honduras, pero no se puede, aquí sigo y, pues, ¿qué le voy hacer?”, dijo Oscar.
En contraste, decenas de migrantes esperan la fecha para obtener una cita a través de la aplicación CBP One e ingresar de manera legal a Estados Unidos.
Tal es el caso de Ledys Irene Herrera, de origen hondureño. Ella menciona que, ahora con su bebé en brazos de tan solo dos meses de nacido en México, solo Dios y no Trump es quien decidirá su futuro.
“Yo no les tengo temor a ellos, porque sé que Dios abre puertas, abre ventanas, de todo, y él sabe a quién le dan oportunidad de entrar a Estados Unidos y quien se lo merece…".
La joven hondureña espera la cita para la fecha de trámite del asilo político, y seguir su camino hacia la frontera, pero no a bordo del tren, para no poner en riesgo a su pequeño.
“La meta es llegar a Estados Unidos. Ya es más complicado, ya no puedo viajar en tren. Él está muy tierno y luego, el frío... Me lo pueden quitar también. Estamos esperando la cita todavía y que, primero Dios, me salga, hay menos riesgo. Ya si me voy a Monterrey me voy a donde me toque, Juárez o Piedras (Negaras)”.
Por su parte, Mauricio Vivas, de 25 años de edad, oriundo de Colombia, viaja en compañía de su hermano John. Tras varios intentos por solicitar la cita a través de la plataforma de CBP One, nunca tuvo éxito, por lo que, con la ayuda de Dios, intentará cruzar el Río Bravo por la frontera de Piedras Negras.
“Con Dios no puede nadie, ni Donald Trump. Los planes de Dios son suyos y él sabe. Si vamos a estar en Estados Unidos, allá vamos a estar; si no, pues, hacer el ratito de vida que nos quede”.
EHR