El pasado fin de semana, más de 3 mil 500 personas subieron a la cima del Monte Tláloc en Texcoco, para observar el fenómeno de la montaña fantasma; la concentración de esa gente entre el sábado 8 y domingo 9 de febrero representó una amenaza para el pastizal alpino, hábitat del conejo zacatuche, y también para arbustos longevos como el enebro azul, que vive entre 350 y 400 años, especies en riesgo, pero que ante la multitud son pisados y hasta usados por los visitantes como leña para hacer fogatas, denunció la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
La visitación turística de la montaña fantasma que forma parte del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl comenzó a popularizarse en 2012, y debido a su promoción en redes sociales cobró su mayor auge en 2017, cuando en un solo día arribaron más de 2 mil turistas al sitio, cuya capacidad de carga es de solo 200 personas, lo que representó un riesgo tanto para los recursos naturales como para los visitantes, ya que la zona no cuenta con infraestructura, dijo Amado Fernández, director del área protegida.
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Así que en 2018, la Conanp en coordinación con las autoridades de los Ejidos Unidos de la Montaña, así como Profepa, INAH, Probosque, Protección Civil y la Policía del Estado de México montaron un operativo para controlar el flujo de personas e impedir que los campamentos se instalaran en la cima donde se encuentra el centro ceremonial, a fin de disminuir las afectaciones, y solo se concentraron 500 personas en un fin de semana.
A pesar de que este año, el fenómeno se observó desde el viernes 7 y hasta hoy miércoles 12 de febrero, nuevamente se elevó el turismo en un día, el sábado se concentraron más de 2 mil personas y el domingo cerca de mil 500; en contraste este miércoles solo subió un grupo de 15 personas.
“La propuesta no es prohibir (la visita), sino hacerlo de forma ordenada, tratar de evitar las masificaciones para que esto se conserve, y tratar de distribuir a las personas durante los cinco días del 7 al 12, desafortunadamente toda la promoción que se hace es para un fin de semana ese es el problema que tenemos entonces la invitación es a que traten de disfrutar el fenómeno con menos personas en el sitio (…) Lo más importante es conservar los servicios ecosistémicos y toda la biodiversidad por su aporte principalmente a la infiltración hídrica y la captura de carbono”, destacó Amado Fernández, director del Parque Nacional Iztaccíhuatl Popocatépetl.
Por su parte, Daniel Sánchez Velázquez, subdirector técnica del parque nacional, explicó que al encontrarse a una altitud de 4 mil 150 metros sobre el nivel del mar, se trata de un ecosistema altamente vulnerable y frágil donde ya debido a la altura ya no se encuentran ahí bosque de pino, sino pastizales alpinos, que se encuentran en categoría del riesgo, según la legislación mexicana.
“Están protegidas y una de ellas es la que podemos ver de manera dominante como tipo arbusto, se conoce como enebro azul, la característica de esta especie es que es muy longeva, es de lento crecimiento, se ha registrado a través de los estudios científicos que hay ejemplares que llegan a tener 400, 350 años, entonces el impacto que se genera por el desconocimiento que aquí viene gente y la pisa como si fuera cualquier planta y le genera un daño, además este especie es muy vulnerable ante los incendios forestales, el calor la afecta bastante”.
En esa cima también se encuentran los pastizales de los que depende el conejo zacatuche o teporingo, una especie endémica catalogada en Peligro de Extinción por la NOM 059-SEMARNAT-2010.
RLO