Turistas del Hotel Ritz bloquearon la Costera Miguel Alemán, en Acapulco, para reclamar que el aire acondicionado de sus habitaciones no funcionaba. La manifestación ocurrió durante la madrugada y se reportó un enfrentamiento con taxistas.
Al lugar llegó el secretario de Turismo de Acapulco, David Abarca, pero se reportó que incluso se burló de los visitantes a pesar de que se solicitó su atención en el caso.
“Deja de hacer muecas y gestos, mejor bájale porque te puedo responder de otra manera. Si vas a estar de burlón, mejor llégale”, dijo enojado el visitante ante representantes de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), del Centro de Atención y Protección al Turista Acapulco (CAPTA) y Secretaría de Turismo (Sectur).
En seguida, el funcionario municipal se retiró del lugar sin resolver la exigencia de los turistas.
Anteriormente, alrededor de las 23:45 horas, hubo una protesta de los visitantes que sacaron sillas y camastros para cerrar ambos sentidos de la costera. Un grupo de taxistas los confrontó, insultó y les arrojaron las sillas para despejar la vía turística.
“Nada más no afecten el trabajo de nosotros. Vayan a hacer su escándalo allá, mientras no afecten, váyanse para allá”, reclamaron los taxistas.
Uno de los turistas inconformes explicó que, desde las 15:00 horas, reclamaron en la recepción del hotel que los aires acondicionados de las habitaciones no funcionaban y exigían que se las arreglaran.
Más tarde, llegaron elementos de la Guardia Nacional, Policía Turística y Policía Vial, pero nadie les impidió a los taxistas que ofendieran a los turistas y le arrojaran las sillas al otro lado de la vía.
Fue hasta después de mediodía que se acordó con los visitantes y la mediación de la Profeco, así como Sectur Guerrero, que se les reembolsara el pago de la habitación, mientras que en otros casos se les ofreció una reubicación en otro hotel.
Los turistas eran originarios del Estado de México, Ciudad de México, Morelos, Puebla, y de Querétaro.
“No queremos saber nada del puerto, tienen un pésimo servicio y cobran como si fuera un hotel de cinco estrellas”, dijo una mujer enojada que salió del hotel.
ST