En un parpadeo, las pozas del Valle de Cuatro Ciénegas, en Coahuila, se desecaron en un 90 por ciento debido a la sobreextracción del agua para cultivos de alfafa. Antes de que ese oasis desaparezca, la lente del documentalista David Jaramillo capturó la magia de ese lugar que esconde el misterio del origen de la vida y compiló su experiencia en el libro Parpadeo cósmico, donde reúne 48 cartas de investigadores, pobladores y amantes del valle que luchan por preservarlo, y cuyos primeros ejemplares fueron publicados el 23 de marzo, en medio de la pandemia por covid-19.
"Son 48 cartas de amor de diferentes artistas, científicos, lugareños, estudiantes del CBTA 22, cronistas del pueblo, funcionarios y cada uno da su diferente percepción de lo que es el Valle de Cuatro Ciénegas, esas percepciones se mezclan en una sola vitrina y acompaño esas vivencias con trabajo fotográfico, una crónica de agravios al Valle de Cuatro Ciénegas producto de la explotación del agua por parte de los alfalferos", narró Jaramillo en entrevista con MILENIO.
Detrás de Parpadeo Cósmico están los investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM, Valeria Souza y su esposo Luis Eguiarte, quienes hace ocho años propusieron a David emprender el proyecto de documentación fotográfica del valle.
La aventura arrancó en 2013, en el Congreso de Ecología Molecular en Cuatro Ciénegas, donde fueron recibidos por los pobladores en medio de protestas.
"Me quedo cuatro meses por primera vez. Allí inició esta aventura documentando, subiéndome a las camionetas de los científicos. Me encontraba en un lugar estratégico donde les pedía autorización a los científicos para acompañarlos a sus trayectorias e investigaciones y eso me dio un amplio panorama para conocer el valle, y por otro lado, realizaba mis propias expediciones con la gente local y guías", contó.
En sus estancias en el valle a lo largo de más de tres años, Jaramillo fue documentando junto con los investigadores de la UNAM y del Cinvestav, la disminución de los humedales, “como en el caso del Churince se fueron secando. En una Navidad en 2013, tomo fotografías del Churince desde arriba de la cima de San Marcos y Pinos, lo que encontré fue un Churince moribundo con todavía las pozas de Los Güeros vivas".
"Al amanecer ahí, vi los rayos del sol reflejados sobre el agua cristalina que se transformaban en un rojo muy particular, me quedé maravillado; pero para el verano del 2019, esos mismos humedales ya estaban completamente desecados", lamentó.
Otra de las sorpresas para David, fue que los lugareños de Cuatro Cienégas desconocían la riqueza de su lugar de origen. Narra que al acampar en la ranchería el Venado, la esposa del dueño se sorprendió al conocer el valle a través de la mirada de otros.
"En el venado, cuando estaba acampando en la ranchería de don Pedro, a su esposa le enseñé parte de lo que ya llevabas editado en diseño, parte del libro y a la señora le brillaban los ojos de conocer su propio valle a través de la mirada de un fuereño. Ahí me prendió el corazón y me motivó mucho más en trabajar para la gente de aquí, que no conoce esos humedales, no conoce sus arenales y me impresionó mucho que hay gente que no conoce más que su ranchería y sus lugares aledaños, entonces había que concientizar a la gente del lugar donde les tocó nacer y que ahora les toca cuidar", expresó.
El proyecto fotográfico también dio pie al documental de 71 minutos “Cuatro Ciénegas una película sobre el origen de la vida”, producido por el Instituto de Ecología de la UNAM y el Conacyt, dirigido y fotografiado por David Jaramillo, que fue exhibido en la FIL de Guadalajara en 2017, y que en medio del confinamiento social por la pandemia de covid-19 su visualización será libre del viernes 12 al domingo 14 de junio, a través de la plataforma de Vimeo, en la siguiente liga: https://vimeo.com/262030186, para celebrar la publicación del libro, cuya presentación sigue pendiente.
"Cuatro Ciénegas me ha dado una razón importante por vivir, que me ha dado una nueva experiencia, un nuevo corazón y percepción respecto a mí mismo y a partir de eso con lo que me rodea. Cuatro Ciénegas me ha enseñado a escuchar lo inimaginable y a ver lo invisible, es algo que trasciende más allá de la vida y la muerte”, concluyó David Jaramillo.