Delincuentes agreden a Enedelia y roban camioneta para huir

En Villa Unión, la paz se irrumpió por el sonido ensordecedor de más de 100 minutos de detonaciones.

Enedelia Estrada Tovar vive con su padre en la periferia de Villa Unión. (Milenio Digital)
Iván Sánchez
Villa Unión /

Cinco días han pasado desde el atentado de un grupo armado hacia la población de Villa Unión, Coahuila y no solo a su paso dejaron muerte y destrucción, entre sus pobladores hay quienes llevarán de por vida las cicatrices de una masacre.

Enedelia Estrada Tovar, es una mujer que vive con su padre en una de las pequeñas viviendas ubicadas en la periferia de Villa Unión.

Su propiedad fue alcanzada por las balas, pero ni sus veloces pasos lograron salvarla de las esquirlas de las balas que causaron daños en sus piernas, en un intento de los criminales por someterlos y obligarlos a entregar las llaves de una vieja camioneta.

“En la casa donde estábamos tiraron dos, donde estaba otros hombres pero no les dieron”.

Recuerda cómo momentos antes de que la iglesia de esta ciudad llamara a misa, la paz se irrumpió por el sonido ensordecedor de más de 100 minutos de detonaciones.

La familia de Enedelia, desconocedora de primeros auxilios, se arrastró por el suelo y la tomó para tranquilizarla, después le colocaron algunos trapos en las piernas para frenar el sangrado y con ello ofrecerle una esparzan de vida ya que no había asistencia medida de ninguna institución en ese momento.

“No pues lo único que fue es que ya fui y me acosté y como me estaban poniendo compresas para que se detuviera la sangre, pero no había salida por que sí hablamos, a las gentes que mandaran una ambulancia para salir pero dijeron que no que no nos moviéramos”.

Aunque en un inicio los policías que la ayudaron dijeron que solo era el susto, las lesiones en Enedelia fueron según los médicos, fractura en un dedo del pie y por lo menos 10 heridas de esquirlas en una de sus piernas.

Los delincuentes, arribaron en una de sus camionetas y agredieron a esta familia pata robarles una unidad y emprender la huida, así como en una camioneta de servicios funerarios.

Esta mujer, hoy agradece a Dios estar con vida y a lado de su familia, ya que asegura que la violencia le puedo haber costado la vida...

“Es lo más bueno, que le doy gracias a Dios que aquí estoy para contarla”.

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