En tres años, 1,384 menores de edad fueron víctimas de violencia familiar en Tamaulipas, de acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), organismo que presentó estadísticas al cumplirse una década de la ley general que protege a la niñez y la adolescencia.
Entre 2021 y 2023 se documentó dicho registro de niñez y adolescencia agredida en sus propios hogares, siendo menores del género femenino las más afectadas con 1,346 casos, que representaron el 97 por ciento del total.
A su vez, se tuvo una cifra de 38 menores del sexo masculino que sufrieron violencia inferida por su propia familia y significaron el tres por ciento, detalló la Red por los Derechos de la Infancia en México.
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De las 1,384 agresiones, 2022 fue el año con mayor número al acumular 548 casos, seguido por 2023 con 440 y en 2021 se tuvieron 396 afectados, los cuales fueron atendidos en clínicas y hospitales de la entidad.
El organismo no gubernamental basó su estadística precisamente en los datos aportados por la Secretaría de Salud que brindó apoyo médico para atender las heridas físicas y emocionales de las víctimas menores de edad.
Redim destacó que se cumplieron 10 años de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en México, por lo que llevó a cabo un análisis para evaluar el impacto de este instrumento jurídico en dicho grupo de la población.
“El 4 de diciembre de 2014 se publicó esta ley y desde entonces se han observado avances, retrocesos y desafíos en la garantía de los derechos de la niñez y la adolescencia en México”, subrayó.
El psicólogo Ricardo Flores, dijo que la peor violencia que puede existir, es la que se comete contra la niñez, porque deja heridas indelebles a nivel psicológico más que físico.
“Es muy común la violencia en los hogares, un problema que no se ha podido erradicar, por lo general se presenta entre los matrimonios o concubinos, pero es más impactante cuando la víctima es un niño o adolescente”.
Expresó que las víctimas menores de edad, “sufren secuelas emocionales de por vida, pues las heridas físicas sanan pero las otras no, en la mayoría de los casos”.
“Es la peor de las violencias en los hogares, cuando se maltrata a un niño, a un adolescente, se está formando a un adulto que será agredido o en el peor de los casos a un futuro golpeador”, apuntó.
SJHN