La violencia armada en México es un problema “complejo, acumulado y profundo” que se asemeja a las que se padecen en zonas de conflictos armados, aseguró el Comité Internacional de la Cruz Roja en la presentación del Balance Humanitario 2022-2023.
En el informe se explica que la violencia prolongada que se padece en nuestro país tiene consecuencias humanitarias que afectan las dinámicas comunitarias y que impactan con mayor fuerza a las poblaciones en situación de vulnerabilidad.
“Esto se refleja en la dificultad para acceder a servicios esenciales como la salud o la educación, así como en la necesidad de muchas personas de abandonar sus lugares de origen, a pesar de los riesgos que implican los traslados. Esto genera profundas secuelas en el bienestar físico, psicológico, económico, social y familiar de las personas”, señala el CICR.
La institución también advierte que los constantes actos violentos que sufren migrantes y personas vulnerables de nuestro país han provocado que 2022 se ubique como el año en el que se alcanzó el “doloroso y simbólico” registro de 100 mil personas desaparecidas.
De igual manera, la CICR señala como “alarmante” que en nuestro país no se pueda asegurar la vida de las personas que buscan a sus seres queridos, pues a lo largo del año pasado se registraron cinco asesinatos de este tipo.
“México enfrenta retos significativos en la búsqueda, localización, identificación y restitución de personas desaparecidas por la violencia y la migración. Aunque la implementación de la Ley General en materia de desaparición de personas permitió consolidar una mayor institucionalidad gracias a la creación de comisiones locales de búsqueda y fiscalías especializadas, solo la mitad de los estados han incorporado el marco normativo”, advierte el informe.
Sobre la situación de las personas migrantes, la Cruz Roja señala que se experimentó un incremento de 43.5 por ciento en los flujos migratorios en estancias migratorias respecto a 2021, y esto se debió principalmente a que las dinámicas migratorias han cambiado con la llegada masiva de personas originarias de Haití, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Perú, Colombia y Ecuador.
La problemática se acentúa por el endurecimiento de los controles migratorios, la instauración de políticas regionales y el requisito de visa para más nacionalidades, que continúan obligando a las personas a recurrir a medios irregulares para ingresar al país y a buscar rutas cada vez más peligrosas para eludir el control de las autoridades, con consecuencias muchas veces fatales.
Ante esta situación, la CICR se centró en apoyar a los albergues de la sociedad civil que estuvieron saturados durante gran parte del 2022, con lo que se vieron beneficiados 30 mil 891 migrantes que recibieron donaciones de material de construcción o de proyectos de infraestructura en 19 albergues.
Además, el personal de la Cruz Roja Mexicana brindó atención médica a 50 mil 370 personas que se ubicaban en ocho puntos de asistencia operados por dicha institución con el apoyo del CICR.
Entre los migrantes atendidos se encuentra Stiven Godoy, persona migrante de Guatemala que actualmente se encuentra en un programa de rehabilitación por haber perdido su pie izquierdo y tres dedos del pie derecho al caer de un tren, tras chocar con un árbol.
“De pronto sentí que la rama me levantó de los pies, me hizo dar cinco vueltas y de ahí caí de cabeza y cuando sentí, el tren ya me había quitado mi pie y mis tres dedos del otro pie. Fue triste, pero al mismo tiempo sentí alegría: había quedado vivo”, relató el migrante.EVC