Viven y mueren solos; adultos de la tercera edad en Torreón

La ley en Coahuila impone penas de tres meses a dos años de prisión a quien, teniendo la responsabilidad de cuidarla, decida abandonar a una persona que sea incapaz de valerse por sí misma.

En Coahuila siguen trabajando 455 mil 610 adultos mayores, ya sea en trabajos formales e informales. | Archivo
Eunice Muñoz
Torreón, Coahuila /

Desde el 19 de agosto a la fecha MILENIO ha informado la muerte natural de al menos 11 adultos mayores en Torreón, todos vivían solos y en su mayoría fueron encontrados en estado avanzado de descomposición algunos por familiares que acudieron a visitarlos y otros por vecinos quienes se percataron que ya no los veían salir de sus casas.

Otro caso se hizo mediático cuando en septiembre vecinos de la colonia Eduardo Guerra llamaron a las autoridades creyendo que un hombre había muerto en su vivienda, también vivía solo, pero al verlo inmóvil en su cama llamaron a las autoridades, sin embargo, al llegar los paramédicos se dieron cuenta de que don Arturo, aunque presentaba un estado de salud complicado, aún contaba con signos vitales.

En la ciudad de Torreón ha preocupado a algunas personas el abandono al adulto mayor, quienes no solo mueren solos en sus casas, sino que viven aún con la responsabilidad de mantenerse, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), durante el segundo trimestre del 2024, en Coahuila siguen trabajando 455 mil 610 adultos mayores, ya sea en trabajo formales e informales.

Aunque no hay datos exactos de la cantidad de adultos mayores que viven en situación vulnerable o en abandono, la ley en Coahuila castiga por el abandono de una persona incapaz de valerse por sí misma, e impone una pena de tres meses a dos años de prisión a quien teniendo la responsabilidad de un adulto mayor decida abandonarlo.

El artículo 211 del Código Penal de Coahuila señala, “se impondrá de tres meses a dos años de prisión y multa, a quien, teniendo la obligación jurídica de cuidarla, realice o induzca a la realización de acciones discriminatorias de abuso, explotación, aislamiento, violencia, abandono, hacinamiento o desalojo de una persona incapaz de valerse por sí misma, incluyendo a las personas adultas mayores y/o con discapacidad, por más tiempo del necesario para preservar o no agravar su estado de salud”.

Como el caso de don Arturo existen más, por su cuenta se dedicaba a pepenar en la basura y después vender el material reciclable como el cartón, los plásticos o el aluminio, pero también contaba con piletas de basura tanto en el interior como al exterior de su casa, la puerta estaba completamente bloqueada y era por un boquete que entraba a una habitación en donde dormía.

Vecinas aseguraron que el hombre tenía años viviendo solo, aunque tiene una hija siempre se negó a irse de su casa, aunque reconocen que había ocasiones en las que se iba y días después regresaba, estando en la colonia las vecinas lo ayudaban y le mandaban comida, por lo que, al no verlo durante varios días creyeron que había salido, hasta que al asomarse se dieron cuenta de su presencia y que además no respondía al llamado.

Arturo tenía días sin poder levantarse de la cama, sin ir al baño y sin comer, lo que le causo una deshidratación, cuando los paramédicos lo trasladaron a un hospital de la ciudad contaba con otros síntomas así que permaneció hospitalizado, ese mismo día su familia llego al nosocomio para hacerse responsables de él.

Enfermedades y envejecimiento exitoso


Aunque médicos recomiendan que entre los 60 y 65 años los adultos mayores deben asistir con el geriatra, no todos tienen la oportunidad de hacerlo, ya sea por desconocimiento o falta de recursos económicos para pagar una consulta de este tipo y darle seguimiento, por otra parte, no todos tienen acceso a la salud pública.

Israel Soto Rivas, médico internista y geriatra en la Región Laguna, explico que el envejecimiento exitoso representa a menos del tres por ciento de la población de 60 años y más, “un adulto mayor que pudiera tener cero enfermedades crónico degenerativa o tiene una pero controlada es menos del tres por ciento de la población geriátrica, el resto de nuestra población en general, en diferentes censos estamos oscilando el 13 al 16 por ciento tiene una enfermedad o problema de salud importante”, explicó el doctor.

Señaló que las enfermedades en el adulto mayor se dividen en las crónico degenerativas y las patologías propias de la edad que son conocidos como síndromes geriátricos, en las cuales se encuentra desde las complicaciones para oír o ver, hasta la depresión, ansiedad y los problemas cognitivos que antes se conocían como demencia.

Entre las enfermedades más frecuentes que ve Soto Rivas en sus pacientes es la diabetes e hipertensión que se encuentran en las crónico degenerativas, así como el deterioro cognitivo y la depresión, de la cual especificó que ha aumentado en los adultos mayores.

Aunque aún hay adultos mayores que son independientes, si recomendó a la familia estar siempre atenta a ellos, sobre todo cuando el deterioro cognitivo puede ponerlos en riesgo, “no concluyan que es un problema de envejecimiento como un problema normal, no normalizar los cambios que puedan tener y obviamente acudir a una revisión con un médico de cabecera para que se haga una evaluación geriátrica integral y entonces hacer un plan de salud para ellos”.

Casas para los más vulnerables 


Reconoció que muchas veces la familia no puede atender a sus familiares todo el tiempo debido a los trabajos y ocupaciones, pero en el municipio de Torreón hay diferentes casas de día donde brindan la estancia y cuidados necesarios a los adultos mayores, una de ellas es el Club de los Abuelos que pertenece al DIF municipal.

Laura Llamas, encargada del club, señaló que actualmente atienden a 41 personas mayores de 65 años. Es una casa de día abierta de las 8:00 a 15:00 horas de lunes a viernes, y el propósito principal es que los adultos mayores no se queden solos en casa y tengan actividades a realizar.

“El propósito es que no estén tan solos en sus casas, a veces los familiares los dejan porque tienen que salir a trabajar, aquí conviven con gente de su edad y los tenemos en movimiento, con ejercicios… es un centro donde vienen y conviven, a la mayoría les ha cambiado la vida, están con más personas, aquí ya tenemos cupo lleno y la verdad es que es hasta que alguien deje su lugar que se abren los espacios, pero la mayoría sigue viniendo, el lugar tiene la aceptación y ellos mismos dicen que son su segunda familia”.

Se trata de un centro de día el cual recibe una cuota de recuperación de 250 pesos semanales y que, por ende, no recibe tampoco a adultos mayores que viven en abandono e incapaces de ver por ellos mismos.

DAED

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