En Yucatán menos del 40 por ciento de los casos que se denuncian por tentativa de feminicidio logran alcanzar una sentencia condenatoria en contra del agresor, lo cual deja a muchas mujeres en riesgo de ser víctimas, ya que sus violentadores pueden quedar en libertad o ser juzgados por delitos de menor impacto.
De acuerdo con una solicitud de transparencia hecha por MILENIO, entre 2018 y octubre de 2022 se han abierto 19 carpetas de investigación por el delito de tentativa de feminicidio, de las cuales sólo en nueve casos se logró la vinculación a proceso y de estos, solo siete fueron sentenciados por el delito.
En promedio, sólo en cuatro de cada 10 casos los hombres son condenados por intento de feminicidio. Tan sólo en 2019, que fue el año con mayor número de casos, se iniciaron seis carpetas por el delito de tentativa de feminicidio; pero sólo en dos de ellos se logró emitir una sentencia. Y en lo que va del 2022 se han iniciado seis carpetas, de las cuales en tres de ellas se logró que los agresores fueran condenados por este delito.
Y aunque la cifra no es tan grande para un periodo de cuatro años, organizaciones como Impunidad Cero han advertido que muchos casos de tentativa de feminicidio son reclasificados por las autoridades a delitos de menor impacto, como violencia familiar o lesiones, por lo cual puede haber una gran cifra negra.
En contraste, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre 2018 y noviembre del 2022 se han contabilizado 4 mil 943 casos de violencia familiar, siendo el 2018 el año con más casos con mil 935.
Por lo cual distintas organizaciones han advertido sobre la necesidad de replantearse los protocolos de actuación por parte de la fiscalía, ya que muchos casos la falta de perspectiva de género hace que sean reclasificados o mal judicializados, lo que puede derivar en feminicidios o poner en riesgo a la mujer de ser nuevamente víctima de algún delito.
Un caso es el de Astrid Sánchez quién en abril de este año sufrió un intento de feminicidio en Mérida; esto luego de que su pareja intentara asfixiarla cuando se encontraban en su domicilio.
Sin embargo, pese a que originalmente la carpeta se inició por tentativa de feminicidio, las autoridades desestimaron el caso reduciendo el delito a violencia familiar y lesiones. Por lo cual Astrid tuvo que apelar ante las autoridades para que reclasificaran el caso.
“Están invisibilizando muchísimo este delito y esta problemática… La verdad no creo que sea justo que nos quedemos calladas y que los agresores puedan estar libremente en las calles o rehaciendo su vida como si no hubieran hecho nada”, dijo Astrid en entrevista a Milenio.
Apenas el pasado 7 de diciembre su ex pareja fue vinculada a proceso por tentativa de feminicidio, y aunque para Astrid este punto es clave para poder declararlo culpable; dijo que seguirá luchando hasta que se haga justicia; porque además de vivir con el miedo de tener represalias tras alzar la voz; también fue víctima de revictimización por parte de la jueza Elsy Villanueva, quién es la que llevó su caso.
“Es importante este paso que se está dando, pero también es necesario que se reconozca la falta de perspectiva de género que se tuvo al inicio de mi proceso y durante mi denuncia… Lo celebro pero no estaré tranquila hasta que este caso se cierre y se le reconozca a mi ex pareja como una persona que cometió un feminicidio en grado de tentativa en mi contra”, puntualizó.
Actualmente, el delito de tentativa de feminicidio se encuentra tipificado en el código penal del estado; sin embargo, no se especifica cuál podría ser la pena que se puede alcanzar por este delito, aunque en la entidad hay casos de hombres con penas de hasta 12 años de prisión.
EHR