Arquitectura y Arqueología convergen en este recinto cultural de Morelos

Chic Haus

En Cuernavaca existe este nuevo volumen arquitectónico que se funde frente a la zona arqueológica de la ciudad, imprimiéndole al espacio un nuevo valor histórico.

Este proyecto fue acreedor del primer lugar del premio Oscar Niemeyer 2018, otorgado por la red de bienales de arquitectura de América Latina.
Hugo Barcenas
Ciudad de México /

El proyecto para el nuevo Centro Cultural en Teopanzolco, diseñado por Issac Broid y Productora, se localiza en un predio frente a la zona arqueológica de Cuernavaca. Provocando una intervención que forja una relación con el sitio arqueológico y al mismo tiempo generando espacio público de valor. 

El edificio se organiza a través de dos elementos principales: el primero es una planta triangular que contiene los programas públicos, mientras que el segundo se trata de una plataforma que rodea el primer volumen. Alojando las zonas privadas de operación, aparte de un espacio para usos múltiples.

La plataforma funciona como un mirador hacia la zona arqueológica y la ciudad. Mientras que su gran basamento contiene una serie de patios que generan diversos espacios exteriores, desde un pequeño teatro al aire libre, hasta los accesos secundarios al auditorio o la misma plataforma, donde además se ubican los grandes árboles del lugar. 

La cubierta principal de forma triangular consiste en una gran rampa escalonada que nace de la intersección de este volumen con la gran plataforma, lo cual provoca que el impacto visual del nuevo edificio sea menor, respetando el importante contexto que lo rodea.

A su vez, la cubierta escalonada sirve como un auditorio adicional al aire libre, que manifiesta como parte de su escenografía al sitio arqueológico. Esta gran explanada es la cubierta de la sala principal del auditorio y contiene otra explanada triangular más pequeña que funciona como cubierta del vestíbulo principal. Ambas plataformas se encuentran en direcciones opuestas, generando una composición de planos inclinados que se va descubriendo a través del recorrido. 

El volumen principal del proyecto se colocó en el mismo eje de la pirámide principal, de manera que el vestíbulo del centro cultural, el cual queda frente a la pirámide, se convierte en el lugar de encuentro al finalizar los eventos, estableciendo un diálogo entre la vida cultural contemporánea y el transcendente pasado del lugar.


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