Existen tradiciones tan viejas que es un poco imposible rastrear su origen. Una de las que más ha perdurado en el tiempo, es la de la costumbre de que la novia, durante la boda, porte un ramo de flores, y está tan arraigada que nadie la cuestiona ni se pregunta el porqué de tener que hacerlo, teniendo en cuenta que en combinación con el vestido y el velo de novia, unas cuantas flores lucen de lo más bonitas.
Existen en realidad varías teorías sobre el inicio de esta tradición. En una ocasión te relatamos que estos podrían haber sido en el pasado, utilizados como amuletos y que cada flor que se porta en el ramo tiene un significado diferente, y que pueden ayudar de muchas maneras a los recién casados.
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Pero existe otra teoría que deja de lado el pensamiento mágico para centrarse más en la practicidad, y pensándolo mejor, no es que ambas tuvieran que estar peleadas, sino que juntas, cubrían todas las necesidades de la novia en tiempos antiguos.
Según publicaciones especializadas en bodas, se cree que la costumbre de que la novia cargue consigo un ramo de variadas flores tiene su origen en la nada salubre Edad Media, por allá entre los siglos V y XV, en la que éste era necesario para nada más y nada menos que para disipar el mal olor que desprendía la novia.
Esto tiene sentido si recordamos que los hábitos de higiene de aquél entonces eran por demás deficientes, y que entre otras cosas las personas no tomaban baños con mucha regularidad, bien por la escasez de agua o por los crudos inviernos. Como sea, no era muy común que la novia estuviera recién bañada en el momento de su boda.
Otra de las razones para usar flores como aromatizante era que los vestido solían ser demasiado estorbosos y calurosos, por lo que probablemente harían sudar a la novia durante los festejos, que generalmente se celebraban ya entrada la primavera, en primera, porque era la fecha más cercana al primer baño del año y en segunda, por la alegría de la estación.
Los ramos eran comúnmente formados por romero, eneldo, tomillo y otras hierbas aromáticas que pudieran disfrazar el olor.
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