El café americano es una de las tantas formas para disfrutar la cafeína y el más popular en distintas partes del mundo. Algunas personas llegan a compararlo con el café expreso, lo que ha abierto un debate sobre su origen.
Aunque el término "americano" se hizo popular en la década de 1970, existe una leyenda de que el café americano existió desde tiempo atrás.
La historia se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando los soldados estadunidenses se encontraban en Italia y no estaban convencidos con el fuerte sabor del café expreso, ya que acostumbraban a tomar un café más grande y suave.
Los soldados exigían el café de filtro, como se toma en Estados Unidos, por lo que los baristas italianos encontraron una solución para satisfacer a sus visitantes, quienes les ofrecieron una taza de agua caliente al lado de su café expreso para que disminuyeran el fuerte sabor.
Hasta que se convirtió en una solución popular y decidieron utilizar una taza más grande para servir el café expreso, para así llenarlo con agua caliente.
Diferencias del café expreso y el americano
En algunos países europeos consideran que el café americano es un estilo de café expreso largo con más agua. Aunque según la leyenda el nombre del café nació por los soldados estadunidenses, en el país norteamericano se consume lo que se conoce como café de filtro o café americano.
Este café se prepara en una cafetera, pero requiere de un filtro para poder depositar el café molido. Sobre él se vierte agua caliente para obtener una bebida menos concentrada, no es tan ácido y es más suave.
Mientras que el café expreso, también conocido como espresso, se distingue por elaborarse con un café molido muy fino para que el agua caliente, cuya temperatura es cercana al punto de ebullición, con esto se extraen los olores y sabores del grano.
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