La globalización generaliza lo que es bello, mientras propicia la inclusión y la reivindicación de otros tipos de belleza. Así se puede ser contestatario con una imagen, contraria a la que la ofrece la globalización, sostuvo la doctora Angélica Velázquez Guadarrama, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, quien compartió cómo surge y muere el estereotipo de belleza occidental.
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Para la académica, el racismo impide apreciar la belleza en otras culturas, en otras etnias, en el Otro. Un ejemplo es Yalitza Aparicio, protagonista de la película Roma.
El físico de Yalitza no correspondía al canon de belleza occidental tradicional, y en redes sociales se le atacó como “fea”, “gorda”, “india”.
Para Velázquez Guadarrama, el mundo occidental impone cierto canon de belleza, pero también permite responder, “hacer una contrapropuesta”.
El orden impuesto para admirar la belleza
Gusto, placer o bienestar, es una forma de ejercer la contemplación de la belleza, pero esta observación es relativa, consideró la especialista en artes.
No existe un canón de belleza valido para todos, recordó.
Como construcción histórica que cambia de una cultura y época a otra, pueden existir diversos canónes de belleza, señaló la UNAM en un comunicado.
En los griegos había un canon con medidas corporales. Labelleza se entendía según la proporción entre las diferentes partes del cuerpo.
La cabeza debía tener cierta medida y relacionarse armónicamente con el resto del cuerpo. Pero en la antigua Grecia, había diferentes tipos de belleza.
La apolínea estaba asociada a la juventud masculina. Aunque hay esculturas, como en el periodo helénico, que no presentan esa belleza ideal. Son cuerpos exagerados, con las expresiones muy marcadas, lejos de la serenidad del período clásico del siglo de Pericles.
La belleza creada en la virgen de Guadalupe
De acuerdo con la académica, en la imagen de la virgen de Guadalupe hay una representación de belleza impuesta por el conquistador.
Sólo que se dio una fusión cultural. Existe una iconografía occidental de la advocación mariana.
En México, para que hubiera una mayor empatía entre el pueblo conquistado y la nueva religión, se creó una virgen con piel morena, sólo que con rasgos europeos, afirmó la especialista en arte.
El arte y su relación con lo “bueno, bonito y barato”
Según la época, la sociedad y la cultura, el estereotipo de belleza difiere.
“No se vaya al norte, sur o sureste, en la misma CDMX no hay un solo estereotipo de belleza”.
Sobre si la belleza es un atributo del arte, puntualizó que no se debe ver así.
Un ejemplo es la serie de grabados que Goya hizo la invasión de Napoleón a España. Retrata lo que todas las guerras provocan: violaciones, muerte, hambre, castraciones, y “no es bello”, detalló.
Así, el fin de las obras de arte no es ser bellas, o aspirar a la belleza ni en su forma ni en su contenido.
Sobre el vínculo de “bueno, bonito y barato”, Velázquez Guadarrama dijo que es algo complicado de encontrar, como hallar un trébol de cuatro hojas.
Lo bueno en las cosas, explicó, se relaciona con su funcionamiento y en las personas, con sus acciones. Lo bonito se basa en la apariencia.
Un coche y una persona pueden ser bonitos, pero no buenos. Por lo regular, lo que es bueno o es bonito, es caro. Sobre la posibilidad de que converjan las “tres b”, concluyó que es una suerte encontrarlas.
MJA