A diferencia de todas las princesas con las que ha lidiado en su vida (desde su madre hasta su primera esposa) hay una con la que el rey Carlos III no ha tenido roces, al menos evidentes, ha estado presente para apoyarlo: se trata de su hermana Ana, princesa real, quien cumple 73 años este 15 de agosto.
Sin escándalos terribles (más que el divorcio de su primer esposo por infidelidad de ambos), ella se ha mostrado siempre discreta pero muy activa con el trabajo filantrópico que la ha llevado a ser la integrante más trabajadora de la familia real; tan solo en 2022 encabezó 214 actos oficiales, difundió la casa real.
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También es una de las más populares del clan, de acuerdo con una encuesta de Ipsos para el canal de televisión británico Sky News difundida apenas en mayo de este año. Ipsos situó a la princesa real en el segundo lugar con 59 por ciento de aprobación, la misma que Kate, esposa del príncipe William, quien obtuvo el 61 por ciento.
Prudente y firme
La relación filial y los dos años de diferencia entre Ana y su hermano importan, pero justamente la forma de ser prudente y decidida de ella han mostrado que es una mujer firme, quizá su gusto por la equitación (deporte en el que ha obtenido reconocimiento) influyó en ello.
Un ejemplo de esta personalidad fue negarse a que su madre, Isabel II, otorgara los títulos de príncipes a sus hijos (Peter y Zara) para no cargar con obligaciones reales como las que ella tiene.
“Creo que era más cómodo para mis hijos, y también que la mayoría de la gente estará de acuerdo en que los títulos no conllevan solo ventajas. Así que pienso que hice lo correcto”, dijo a Vanity Fair hace unos años.
Dio otra muestra de su carácter en 1989, cuando decidió divorciarse de su primer esposo, el teniente Mark Phillips, quien tuvo una relación extramarital y una hija con otra mujer. Lo hizo en medio de rumores de que tenía una nueva pareja, el vicealmirante Timothy Lawrence, su actual marido, pero rompió un tabú en la familia real, que con reservas solo había tolerado el de la princesa Margarita (hermana de Isabel II) años atrás.
En su amplia labor filantrópica destaca ser patrona de Save Children desde hace más de 50 años, cuando ser embajador de alguna ONG no era común ni una especie de requisito, como sucede actualmente con miembros de casas reales y celebridades. Por ese trabajo, en 1990 estuvo entre los candidatos a ser nominados para el Premio Nobel de la Paz.
La favorita del rey
En el reinado de Carlos III, ella ha destacado como una pieza importante, no solo por su relación filial o los años en que Ana no le dio la espalda ante sus problemas y escándalos, como su divorcio de la princesa Diana.
La muestra más evidente del aprecio que el rey tiene por su hermana se vio el 6 de mayo, día de su coronación, cuando ella hizo el rol de Gold-Stick-in-Waiting durante la procesión de regreso de la abadía de Westminster. Es decir, ella iba a caballo detrás de la carroza de los reyes Carlos III y Camilla. Fue la primera mujer que realizó este rol, que data del siglo XV y que implica nada menos que ser el protector del soberano ante cualquier peligro.
Pues bien, este 15 de agosto, el rey de Inglaterra volvió a mostrar su amor y agradecimiento a su hermana por su lealtad a la corona y sobre todo a él. Pero no lo hizo de la manera ostentosa que se vio el 6 de mayo, sino con un tuit y dos fotos: una de su infancia y otro justo del día de su coronación.