Celina del Villar tiene dos hijos, Mateo y María Ibarra, con quien comparte el amor por el modelaje y estar arriba de la pasarela, las dos modelan y esto ha sido muy significativo.
“Ser mamá es la empresa más importante que he tenido en mi vida y han sido muchas , en este 2025 las mujeres estamos más acostumbradas a ser multitask, sin duda la maternidad forma una parte esencial en mi experiencia como mujer”, aseguró del Villar.
Los recuerdos más bonitos que tiene con su hija son inumerables, hay varios entrañables.
“María está a punto de cumplir 27 años, te imaginarás, es difícil contar una sola experiencia. La vida está rodeada de momentos mágicos, casuales y emotivos, como esperarla a las cuatro de la mañana para verla regresar de estudiar en Londres y ese abrazo fue más grande de lo que imaginaba”, contó.
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Compartir la pasarela fue otra de las ocasiones que lleva con gran cariño en el corazón.
“El primer desfile que hicimos juntas, fue también el primero que hizo ella en su vida y tuve la fortuna de acompañarla en la pasarela del Fashion Week, no fue pasarle la estafeta porque las dos tenemos la oportunidad de seguir trabajando. Acompañarla y ver el momento en que su carrera empezó, estar en backstage, darle los consejos que me pedía fue un gran momento”, agregó.
En lo profesional, Celina se enfrentó a varias situaciones que nadie le dijo y que ahora ella las comparte con su hija, que aunque cree que ha sabido llevar bien su carrera, “podría aventarse más, yo tiendo a los límites pero ha tenido varias oportunidades de salir a trabajar al extranjero y hay algo que la detiene, aunque yo salí hubiera sido mejor aventarme un poco más. Cada vez que me encuentro gente del medio las cosas que me dicen de María me llenan el alma y algo hicimos bien en esta casa”, confesó.
Otro de los momentos más íntimos de la infancia que no sabe María y que Celina aún recuerda con emoción es cuando le leía cuentos.
“Me emocionaba con María y también con Mateo léeles cuentos en la noche, había un libro especial que se lo leía a María que se llama El pájaro del alma, la misma cantidad de veces que se lo lié fueron las mismas que al salir de su recámara y apagar la luz me ponía a llorar, eran momentos muy especiales, solas en una comunión muy linda”, compartió.
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Los detalles forman parte de la vida y su hija se caracteriza por ser diferente y sensible.
“María es una mujer que entre sus grandes cualidades es detallista, no exagera ni trata de quedar bien por halagar a la persona sino cuando da un detalles es porque realmente lo siente o encuentra una piedra y te la regala, te da a entender de una manera muy clara que está pensando en ti y conectando”, detalló.
Le gustaría que su hija siempre recuerde los momentos cálidos que han pasado juntas, “quiero que recuerde los momentos de complicidad, de las pláticas que hemos tenido algunas más intensas que otras, los abrazos y los apapachos. Lo más lindo que María ha hecho por mí es cuando viene a casa y me trae algo que ella cocinó o cuando la oigo hablar de mí o de la familia en alguna entrevista y es súper bonito como se expresa de nosotros, me llenan mucho”, manifestó.
evt