Tito
En agosto de este año, Tito entrará a la universidad. Ha decidido estudiar Dirección de Empresas de Entretenimiento en la Anáhuac, carrera con la que piensa profesionalizar su negocio de decoración. “Decidí expandirme. Aquí (en Pachuca) se va a seguir atendiendo la página, todo normal, lo único diferente es que también voy a dar mi servicio en Puebla”, explicó.
Sus hermanas, que ya estudian en Puebla, lo están esperando; ellas serán sus roomies. “Me he dado cuenta de que no hay tanto ese mercado allá. Creo que es una buena oportunidad”, agregó.
Justamente en 2020, el 15 de enero pasado, Balloon cumplió tres años de existencia. Tito es un emprendedor de tutoriales. Todo lo que sabe de globos lo aprendió en YouTube. Ha llegado el momento de profesionalizarse para ofrecer un mejor servicio. “Yo nunca tomé un curso, lo fui aprendiendo todo, fue prueba-error”, dijo.
Lo que comenzó como un hobby se ha convertido en una empresa rentable, con un camino claro para la expansión. Sin embargo, este logro no hubiera sido posible sin el apoyo de su familia. Su padre, Don Martín Peláez, le ha compartido los tips para el éxito desde su experiencia como vicepresidente de Grupo Pachuca.
De su papá aprendió a cotizar, a saber venderse y a llevar un control de calidad. “Mi familia es parte de Balloon”, afirmó Tito, por eso siempre trata de involucrar a sus hermanas.
Ya visitó la que será su universidad y está convencido 100 por ciento de que es lo suyo. No le teme a una nueva ciudad; aunque vivir sin sus papás será difícil, sabe que es parte de su crecimiento.
María José
María José y Tito nacieron prácticamente juntos, por lo que el logro de uno es inmediatamente compartido. “Gracias a todo lo que ha hecho ha llegado hasta aquí”, dedicó. La más pequeña de la familia –por minutos– está estudiando nutrición, le gusta la idea de estar bien físicamente.
Se considera una persona sincera y directa, aunque también fría. No es muy cariñosa, pero sus seres queridos lo entienden. “Ellos saben cómo soy”, dijo. También puede llegar a ser tímida, pero cuando toma confianza es muy amigable.
Le gusta el futbol y cuando ha jugado, lo hace de delantera, es de las que mete goles. Ella quiere emprender al igual que Tito, está pensando en poner una clínica para perros. Sus papás son su ejemplo a seguir, su papá por su trabajo y su mamá por la educación que les ha dado.
Daniela
Dani está estudiando psicología en Puebla, dedica la mayor parte de su tiempo a sacar adelante la difícil carrera. Aún no ha definido qué quiere hacer, se debate entre la psicología infantil y la deportiva, y hasta el momento ambas opciones van parejas.
“Me gustaría especializarme en niños con discapacidad, especialmente con autismo. Creo que puedo ayudarles a hacer un gran cambio. Desde chiquita amo el futbol; siempre me he querido enfocar en el deporte, qué mejor que siendo la psicóloga de un equipo”, comentó.
Ella se define como una persona difícil de entender. “Puedo aparentar que no soy muy flexible, tengo un carácter fuerte; pero también soy flexible y liviana en muchas cosas”, dijo.
Su hermana mayor está muy orgullosa de las cosas que ha logrado Tito. “A mí me hubiera gustado hacer un poquito de lo que ha hecho él. Me siento muy contenta porque está creciendo y qué mejor que sea en Puebla donde él quiere ejercer una carrera”, dijo Daniela.
“Todo ha sido de mi hermano, el trabajo es de él, nosotros como familia solo lo apoyamos (…) todo lo que gana lo comparte con todos, nos da regalos, nos involucra. Es muy espléndido en todos los sentidos, al igual que mi papá”, reveló.