Visto bueno al café de Real del Monte

En medio de su travesía mundial, el entrenador y hacedor de campeones, Federico Bolaños, hizo una parada en el Coffee Legacy de Mineral del Monte, para capacitar a sus baristas y colocar al café mexicano en el escenario internacional

Federico Bolaños, experto en café. (Alisson Moreno)
Elliott Ruiz
Mineral del Monte /

Nació el 4 de marzo de 1972 en San Salvador, El Salvador. No le gustaba el café, hasta 2003, cuando vivió una simpática experiencia.

“Siempre que me ofrecían café lo rechazaba, pero en esta oportunidad tenía mucho sueño y pedí una taza. Era una razón funcional, nada sensorial. Cuando me la sirvieron, lo primero que hice fue regresarla, porque pensé que me habían servido chocolate. Realmente fue una epifanía para mí”.

“Nunca creí que un café podía ser así de delicioso. Desde ese momento tomé curiosidad sobre el café que estábamos tomando”, narró sentado en el famoso café, sobre la calle Hidalgo, en pleno centro del Pueblo Mágico.


¿Cuál era la razón? El café de alta calidad que producía El Salvador se exportaba y hacía falta profesionalizar a los baristas. “Ese café que me sirvieron era de un productor, que había guardado un poco para él. Empecé a investigar y me pareció fascinante el mundo del café”, dijo.

Su gusto por la investigación y la lectura lo llevaron a ser autodidacta del grano. Dieciséis años después, presume haber hecho campeones a 15 baristas internacionales, en nueve países diferentes. Como entrenador ha puesto a cuatro de sus pupilos en la final del campeonato mundial y dos han sido campeones.

Bolaños ha llevado su conocimiento a países como Australia, Corea del Sur, Rusia, Francia, Colombia y Costa Rica. Todo para lograr una taza balanceada.

“Un buen café tiene que tener un balance sensorial de acidez, amargor y dulzor. Eso tiene que estar amarrado a un balance general en cuanto a la parte táctil. Tiene que tener un resabio agradable, una textura agradable y un final prolongado y que sea muy satisfactorio”, explicó.

En los campeonatos mundiales se busca una experiencia sensorial exótica, he ahí la dificultad en el balance. “De nada te sirve tener un café muy exótico, demasiado salvaje, que no se pueda apreciar. El trabajo del barista se vuelve un desafío”, dijo.


MÉXICO, UN CAFÉ DE CLASE MUNDIAL

Para el experto, en México se prepara un excelente café, sin embargo, hace falta aprovecharlo. “Hay que tratar de inculcarle a los productores que sus prácticas sean conducentes con esa calidad, que el tostador haga su parte para hacerle justicia a esas joyas”, recomendó.

Hace falta lo mismo que en El Salvador: apostarle a la capacitación. “Es algo que he venido a encontrar en Coffee Legacy, un hambre por una formación académica hacia el café y no como algo pasajero o algo cool. Eso es lo que ha diferenciado a otros países, que se lo toman en serio”.

Federico espera agregar a Coffee Legacy la cereza en el pastel. “Ya de por sí hay un excelente café. Lo que están haciendo aquí es sumamente elogiable. Espero elevar un poquito más el nivel e impulsarlos, mostrar al mundo la calidad de este café”, comentó.

Antes de partir a Chile, Bolaños dejó un mensaje para los habitantes de Real del Monte: “tienen un clima espectacular. Lo que llaman frío, yo lo llamo delicioso. El café te permite balancear esa sensación térmica. Por eso los países nórdicos tienen el mayor consumo, éstas son las condiciones ideales para disfrutar de un buen café”.