Estamos viviendo circunstancias muy complejas. Tenemos más preguntas que respuestas, y en un mundo con tanta incertidumbre, estoy segura de que la respuesta está en la cocina.
Cuando cocino, especialmente cuando es para mi familia, algo pasa que me da una sensación de calma. El rítmico vaivén del cuchillo picando cebolla, o el batidor danzando por un tazón, se convierte en mucho más cuando nos desconectamos de lo que sucede afuera por un rato y tratamos poner lo mejor de nosotros mismos para hacer algo por los demás.
Cocinar nos puede dar mucho, y ahora que tenemos la oportunidad de convivir con nuestros hijos y otros seres queridos en casa, es el momento de transmitir todo lo bueno que nos puede dar, además de compartir algunas herramientas que les van a servir a los pequeños toda la vida. Y que cuando pasen por momentos complicados, sepan encontrar en la cocina esa alegría, aliento, y de muchas maneras, alivio que podemos sentir cuando preparamos alimentos.
Cocinar nos permite ser creativos, manifestar lo que sentimos y poderlo compartir. A los niños y jóvenes especialmente, les da un sentido de logro y satisfacción que se traducen en una mejor autoestima. Nos hace también estar presentes, una salsa delicada en la estufa no permite distracciones o pantallas electrónicas. Gran lección, estar donde tenemos que estar a cada momento; les ofrece a los pequeños, y a grandes también, la enseñanza de dar a cada cosa su tiempo, la paciencia es muy importante cuando se trata de cocinar, ya que al final está la mejor de las recompensas, sobre todo si tiene forma de cupcake.
Cupcakes de chocolate para enamorar
Rinde 15 piezas
- 1 1/4 tazas (150 g) de harina
- 1/4 de cucharadita (2 g) de bicarbonato
- 1/4 de cucharadita (2 g) de sal
- 1/2 taza (30 g) de cocoa
- 1/2 taza y 2 cucharadas (120 g) de mantequilla
- 1 1/4 tazas (250 g) de azúcar
- 2 (100 g) huevos
- 1 cucharada (15 ml) de extracto de vainilla
- 1 taza (240 ml) de leche, a temperatura ambiente
1/2 taza (100 g) de mantequilla, a temperatura ambiente
1 1/4 tazas (220 g) de queso crema, a temperatura ambiente
1/2 taza (30 g) de cocoa, cernida
2 2/3 tazas (400 g) de azúcar glass, cernida
1 a 3 cucharadas (15 a 45 ml) de leche
Cocinar con nuestra familia, es también una forma de perpetuar nuestra identidad, de decirle quiénes y cómo eran las generaciones anteriores y cómo se fue construyendo nuestra historia, hacerles sentir la importancia de los capítulos que corresponde a ellos escribir.
Pensando siempre en esto, diseñé con los especialistas de Liverpool una línea de utensilios de gran calidad, con colores modernos y muy atractivos. Son pequeños consentimientos que disfrutamos al usarlos todos los días.
Cómo hacerlos
CUPCAKESCalentar el horno a 180 ºC.
Cernir la harina, el bicarbonato, la sal y la cocoa.
Con una batidora, acremar la mantequilla, agregar el azúcar gradualmente; cuando esté pálida y ligera la mezcla, incorporar los huevos uno a uno, terminar con el extracto de vainilla.
Con la velocidad baja, añadir alternando la leche y la mezcla de harina trabajando lo menos posible, hasta tener una masa tersa.Vaciar en los moldes llenando a 2/3. Hornear durante 20 minutos o hasta que estén cocidos.Cuidar que no se sequen. Dejarlos enfriar.
BETÚN DE CHOCOLATE Y QUESO
Acremar la mantequilla y el queso hasta que estén ligeros y uniformes. Incorporar la cocoa. Añadir el azúcar gradualmente, raspando los bordes del tazón entre adiciones. Ajustar la consistencia con la leche.
Cubrir los cupcakes generosamente usando una duya o espátula. Se pueden decorar con flores de azúcar o grajeas.
Por supuesto he continuado muy activa en mis redes con seguidores y colegas, planeando detalles para eventos que pronto vendrán, y desarrollando recetas para cursos y publicar, pero me he dado más que nunca, el tiempo para cocinar y disfrutar con mi familia, y que quede en ellos un recuerdo cariñoso del momento que estamos viviendo. Estoy segura de que, al paso de los años, sin importar el camino por el que los lleve la vida, encontrarán en la cocina, un espacio de felicidad.
TEXTO ÍNTEGRO DE PAULINA ABASCAL