Dante se ocupa de los últimos detalles para iniciar el ritual del temazcal, que explica:
"Básicamente es una experiencia depurativa de toxinas físicas, espirituales y emocionales", por lo que promete que al salir "lo haces con otro ánimo, con una limpieza en tu sistema inmunológico, en el circulatorio, en tu pensamiento y hasta en tu piel", dice el guía a MILENIO.
La preparación para la experiencia que se puede vivir en la Hacienda Los Picachos, en San Miguel de Allende, como parte de su propuesta para encontrar la paz y tranquilidad justo frente a los picachos que dan nombre al hotel boutique; inicia con un té de hierbas o jugo a elegir, mientras el guía termina de preparar los detalles para la ceremonia que comparte "viene de las culturas prehispánicas" .
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A un costado del temazcal —una especie de iglú construido de ladrillo, anteriormente se hacían de adobe—, una diversidad de plantas medicinales como la lavanda, la manzanilla, el romero y el eucalipto forman parte de la escena; en la que el colorido de la ofrenda de flores en el piso acapara la atención.
"Representa los cuatro elementos de la naturaleza: Tierra, agua, aire y fuego, por los que se rige el temazcal", dice Dante, quien se da cuenta que las piedras volcánicas que están en la lumbre a un costado del temazcal están listas para iniciar el ritual.
Es momento de empezar la ceremonia, así que coloca a sus invitados frente a la puerta del temazcal y les pide que se descalcen e hinquen para pedir permiso a las deidades, como marca la tradición, y poder ingresar.
Al interior, poco a poco, el vapor que provoca el agua que el anfitrión echa a las piedras a punto de ebullición, que están al centro del temazcal genera la desintoxicación de cuerpo, pero también de espíritu, motivada por las palabras de Dante, quién invita a ofrecer la ceremonia "a quién ustedes quieran", con la idea de compartir el bienestar que se está recibiendo.
Un té de hierbas medicinales y pequeños trozos de sábila que Dante invita a tomar y frotar desde el cabello a la punta de los pies, respectivamente, completan el proceso de sanación, cuando el calor se siente más intenso y, por ende, la liberación de toxinas es mayor.
Aunque Dante precisa "en cada persona es diferente" y así se advierte durante el proceso, en el que como parte del ritual y, de manera voluntaria, cada participante, comparte y libera sus preocupaciones en los "por lo menos 40 minutos que dura la ceremonia, pues puede ser más tiempo, de acuerdo al gusto de los participantes", dice Dante, quien recomienda darse una ducha y reposar después del ritual.
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Las habitaciones
Las caballerizas de la hacienda fueron transformadas en lujosas habitaciones, y llevan el nombre de los caballos que las habitaban.
De entrada, con la bienvenida que sorprende a los huéspedes y que coquetea a la vista y al paladar. Un mocktail y un pastel que contrastan en sus colores, pero hacen comunión perfecta en sus sabores.
Para consentir al resto del cuerpo, el hotel boutique se distingue por el confort de sus camas que conquista al huésped apenas hacen contacto; y el aroma en el que la lavanda es protagonista y reina desde la recepción de Los Picachos y se replica en sus habitaciones, suma para que la experiencia de descanso sea placentera.
Una opción más moderna
Otra dirección que lleva al bienestar es el spa, ahí una diversidad de tratamientos, desde el más sencillo, como puede ser el relajante hasta el más sofisticado para descontracturar o atender una lesión; son la propuesta para hacer de la estadía en la hacienda una gran experiencia.
El ciclo para consentirse incluye el vapor, sauna o bien una combinación de temperaturas (fría y caliente) para completar la sanación.
Un corte de cabello, manicure y pedicure en la misma zona se suman a la propuesta de descanso y relajación de Los Picachos.
Contacto directo con la naturaleza
Una propuesta más orgánica se puede vivir en la alberca. Ahí la idea es disfrutar al aire libre la tranquilidad de la zona; mientras se aprecian los picachos. Esas montañas que frente al hotel boutique regalan un paisaje maravilloso a la vista
O bien hacer un recorrido en caminata o trotando mientras respiras la frescura del campo para después disfrutar de la propuesta gastronómica de la chef.
evt